Lo bueno de aprender a mezclar música es que puedes crear tu propia fórmula: una firma sonora que te identifique como artista o ingeniero de sonido y te ayude a crear una paleta sonora que te haga destacar. Pero antes de todo esto, hay ciertas reglas en la mezcla de audio que, aunque no son inamovibles, te ayudarán a conseguir un sonido más profesional.
Algunos consejos están pensados para ayudarte a agilizar el flujo de trabajo y otros para garantizar que tu música suene bien en todos los sistemas de reproducción. Lo que todas estas recomendaciones tienen en común es que actúan como un control de la realidad mientras mezclas, guiándote mientras haces ajustes y ayudándote a tomar decisiones conscientes, tanto si trabajas con tu propia música como con obras de otros artistas.
Cada ingeniero de sonido tendrá sus propias teorías sobre lo que es crucial y lo que no a la hora de mezclar audio, sin embargo, a continuación encontrarás lo que yo creo que son las reglas a seguir cuando quieras crear una mezcla profesional, independientemente de tu estilo, género y experiencia.
Comprender el género
Si estás mezclando tu propia música, yo daría por sentado que estás familiarizado con el género musical que estás produciendo. Sin embargo, las cosas pueden ser diferentes si eres un ingeniero de sonido que trabaja con varios artistas de distintos géneros.
Metal, hip-hop, pop, música clásica: cada género tiene sus propias reglas y su sonido esperado. Puede que decidas no seguirlas ciegamente, pero al menos debes ser consciente de ellas. Un solo de guitarra sonará completamente distinto si forma parte de una canción pop, soul, disco o heavy metal; lo mismo ocurre con cualquier otro elemento de una canción, desde la batería hasta las voces y los sintetizadores.
En el rock y el metal, equilibrar los niveles en el rango medio puede ser una tarea larga y exigente; en la música pop, la voz principal suele ser el elemento más importante; en el hip-hop y el techno, el bombo debe ser la principal fuerza motriz del ritmo. Podríamos seguir hablando hasta la saciedad de cómo cada género tiene sus propios rasgos distintivos, pero depende de ti entender e identificar lo que es crucial en tu mezcla y potenciarlo en consecuencia.
El objetivo final es siempre crear un sonido cohesionado que esté en consonancia con lo que imagina el público, y la mezcla final que envíes al ingeniero de masterización debe presentar ya las características del género en el que estás trabajando.
Organización Mixta
Si organizas tu flujo de trabajo a la hora de mezclar, ahorrarás tiempo, obtendrás resultados coherentes y crearás un sonido reconocible que podrás adaptar a varios proyectos sin tener que empezar de cero cada vez.
Hay varias formas de preparar la sesión, y algunas de las más comunes son la agrupación, la codificación por colores, la asignación de nombres a las pistas, el uso de carpetas de pistas y el uso de buses.
Si agrupas pistas similares, como secciones de cuerda y batería, te resultará más fácil ajustar los niveles y efectos de esas pistas. También es una buena forma de visualizar tu proyecto y ver las pistas separadas como parte de un elemento único.
Utilizar un código de colores puede cambiar las reglas del juego cuando se trabaja en proyectos grandes: sirve para diferenciar elementos en la mezcla y puede ayudar a localizar pistas con facilidad. Por ejemplo, puedes utilizar un color para el sintetizador, otro para la guitarra y otro para la voz. Una vez más, esto te dará una representación visual de lo que está pasando de un vistazo, lo cual es crucial si eres un ingeniero de sonido que trabaja en varios proyectos.
En algunas DAW puedes crear carpetas de pistas, que es una forma de agruparlas de forma jerárquica, y esto puede ayudarte a mantener tus elementos de mezcla organizados y ordenados.
Por último, no olvides la importancia de los buses de mezcla, los canales virtuales que te permiten agrupar varias pistas y aplicarles efectos de forma colectiva. Utilizarlos no sólo te ahorrará mucho tiempo, sino que también repercutirá positivamente en la coherencia de tu mezcla.
Pistas de referencia
Éste es quizá el aspecto más crucial a la hora de producir una mezcla de calidad. Elegir una pista de referencia que no solo esté en consonancia con el género en el que trabajas, sino también con los deseos de tu cliente, tus gustos y las herramientas que tienes a tu disposición no es una tarea trivial, pero sí necesaria.
Cuando trabajes con un cliente en una mezcla musical, siempre es buena idea pedirle canciones anteriores como referencia, lo que te dará una idea más clara del tipo de equilibrio que busca en su mezcla. Si sabes exactamente lo que tú o tus clientes buscáis, podrás crear una mezcla que esté en consonancia con lo que imaginan.
Dedica algún tiempo a explorar el género, los artistas y la música pertinentes para ahorrar tiempo en el proceso de mezcla. No tienes por qué hacer que tu mezcla suene como la de los demás, pero es una buena práctica saber a qué está acostumbrado el público antes de empezar el proceso de mezcla.
Por dónde empezar
A la hora de empezar a mezclar, puede que te preguntes qué instrumento musical deberías tocar primero. Una vez más, no hay una respuesta unívoca a esta pregunta, pero como regla general, te recomiendo que empieces por el bajo y la batería.
Esa es la base sólida de tu canción, y tenerla equilibrada te ayudará a tomar decisiones informadas sobre dónde deben situarse los elementos principales de la mezcla (guitarras, sintetizador, voces).
Además, los tambores abarcan todo el espectro de frecuencias, lo que puede darte una "vista previa" de cómo se comportan las frecuencias en tu mezcla.
Si empiezas por la batería, la mejor opción es centrarte primero en la caja y el bombo. La caja debe ser uno de los elementos más ruidosos de la mezcla: es la columna vertebral de la pista y define su groove: todos los demás elementos de la batería deben girar en torno a ella.
El bombo es casi igual de importante. Debe ser fuerte, pero no demasiado, ya que podría eclipsar los transitorios de la caja o los instrumentos principales.
Todo lo demás (toms, platillos, percusiones) vendrá después de la caja y el bombo. Debes darles el espacio adecuado en la mezcla, asegurarte de que se oyen claramente sin eclipsar lo que guía el groove en la mezcla.
Cuando pases a los demás elementos de tu mezcla, concéntrate en cómo puedes mejorar la profundidad de la mezcla y afinar todos los instrumentos musicales que intervienen. Cuantos más elementos añadas a la mezcla, más ajustes tendrás que hacer para que suene bien. Al principio puede resultar abrumador, pero con el tiempo se convertirá en un proceso divertido y atractivo, y empezarás a ver tu firma sonora única en cada pista que mezcles.
Volúmenes primero, efectos después (mezclas estáticas)
La mezcla estática debería ser tu primer paso en el proceso de mezcla. Si se hace bien, te dará una mezcla aproximada que hará mucho más fácil conseguir una mezcla pegajosa mediante efectos de postproducción.
Intenta conseguir una mezcla equilibrada utilizando sólo los controles de volumen y panorámica, sin ayuda de procesado dinámico, efectos o automatización. Este balance básico te ayudará a crear equilibrio y una imagen estéreo aproximada en tu pista, que podrás mejorar con efectos más adelante.
Empieza poniendo todos los niveles de volumen a cero y, a continuación, ve introduciendo poco a poco cada pista en la mezcla, una a una. Ajusta los controles de volumen para que cada elemento se integre bien en la mezcla, prestando atención a cómo interactúan entre sí. Utiliza la panoramización para colocar los elementos dentro del campo estéreo, dando a cada uno su propio espacio y evitando el enmascaramiento de frecuencias.
La mezcla estática final debe sonar como una versión en bruto del álbum que vas a publicar: todos los volúmenes deben estar perfectamente equilibrados y cada instrumento debe tener su propio espacio en el escenario sonoro.
Lo más probable es que tengas que hacer ajustes cuando empieces a aplicar ecualizadores, faders y compresión. No obstante, esta mezcla básica será un punto de partida crucial para empezar a esculpir tu sonido mediante efectos.
Olvídate del botón "Solo
La mezcla consiste en lograr el equilibrio y la armonía entre todos los elementos de una pista, por lo que no debería sorprendernos que una visión holística a la hora de trabajar en un tema dé vida a los mejores resultados.
Los ajustes de frecuencia realizados en modo solo pueden hacer que tu mezcla pierda claridad: Los ajustes de ecualización realizados de este modo pueden hacer que una pista "invada" el espacio de frecuencias de otra, o los ajustes de compresión que parecían ideales en solitario pueden comprometer la dinámica de la mezcla.
Una vez más, mi recomendación es utilizar los ajustes de volumen y panoramización como herramientas principales para resolver problemas de mezcla y mejorar el equilibrio dinámico. La eliminación de ruidos o pequeños ajustes de ecualización pueden requerir la utilización de solos, pero considéralos excepciones, no la regla.
Dejar espacio libre
El headroom es el espacio entre los niveles de pico de una señal de audio y el límite máximo de un sistema digital.
Este espacio protege contra el clipping, pero también define la calidad y la textura de tu sonido, especialmente cuando utilizas plugins. Esto se debe a que los plugins digitales responden de forma diferente en función de los niveles de entrada: unos niveles de entrada más bajos suelen dar lugar a una interacción dinámica más sensible dentro del plugin y a una aplicación más transparente y eficaz del efecto.
Por último, si dispones de suficiente margen, evitarás los recortes y los artefactos no deseados de la distorsión digital y mejorarás la dinamicidad de la pista. Como regla general, debes dejar entre 3 y 6 dB de margen al mezclar.
Escuchar en silencio
Cuando escuchamos música a bajo volumen, nuestros oídos son menos sensibles a los graves y agudos extremos del espectro de frecuencias. A medida que aumenta el volumen de reproducción, empezamos a oír las frecuencias altas y bajas por igual. Prueba a escuchar una canción pop a un volumen muy bajo: ¿te has dado cuenta de que sigues oyendo la voz con claridad, pero la línea de graves apenas se oye?
Por tanto, si una mezcla consigue una sensación de plenitud y claridad a volúmenes bajos, está bien equilibrada. Por otro lado, si una mezcla suena equilibrada a volúmenes altos pero pierde claridad y cohesión cuando se reduce el volumen, significa que algo no va bien en la interacción de los elementos dentro de la mezcla.
Por último, pero no por ello menos importante, escuchar a bajo volumen también es importante cuando se quiere crear una gran mezcla que funcione bien en todos los sistemas de reproducción, conservando su gama dinámica y expresividad.
La importancia del mono
Una mezcla que mantiene la claridad y el equilibrio en mono, donde todos los elementos se suman en un único canal, es una mezcla que no necesita más ajustes de nivel. Mi recomendación es comprobar siempre cómo suena una mezcla en mono, ya que es la mejor forma de identificar y solucionar los problemas de frecuencia.
En una mezcla estéreo, los distintos elementos pueden panoramizarse y distribuirse por el campo estéreo para crear separación y espacio. Sin embargo, cuando estos elementos se combinan en mono, los problemas de cancelación de fase se hacen más evidentes. Del mismo modo, los problemas de enmascaramiento de frecuencias pueden identificarse más fácilmente cuando se escucha en mono.
Por último, es probable que una mezcla que funcione bien en mono sea más coherente en una amplia gama de sistemas de reproducción, desde sistemas audiófilos de gama alta hasta dispositivos de un solo altavoz, que es precisamente lo que se busca al mezclar música.
Conozca las mejores herramientas, pero trabaje con lo que tiene
Sé por experiencia que es fácil caer en la idea de que los plugins y equipos caros son necesarios para un sonido profesional. Hoy en día, eso ya no es así.
La mayoría de las estaciones de trabajo de audio digital vienen con una variedad de plugins incorporados que pueden ofrecer resultados profesionales; puedes empezar por aprender a dominar estas herramientas, que es una solución más razonable que adquirir un gran número de plugins de terceros que probablemente nunca utilizarás.
No digo que no debas conocer o adquirir plugins y equipos de alta calidad para tus proyectos, pero obsesionarte con ellos te distraerá de los aspectos más cruciales de la mezcla, que son perfeccionar tus habilidades, confiar en tus oídos y utilizar los recursos que tienes a tu disposición para crear la mejor mezcla posible.
Reflexiones finales
En la producción de audio, nada está escrito en piedra. Y eso es parte de lo que hace que sea una experiencia tan atractiva y creativa.
Sin embargo, un cuidadoso equilibrio del volumen es lo que puede convertir tu mezcla en un éxito: dedica tiempo a comprender cada instrumento que aparece en tu tema y su posición ideal en el escenario sonoro. No te centres en elementos aislados, sino en la experiencia sonora en su conjunto, con la que el oyente pueda conectar y sentir su impacto emocional.
Nunca insistiré lo suficiente en la importancia de probar tu mezcla en varios sistemas de reproducción para asegurarte de que se reproduce tal y como la imaginaste en todos los dispositivos. Una canción puede sonar genial en un estudio y fatal en el sistema de audio de tu coche, y no quieres que eso ocurra. Utiliza auriculares profesionales y monitores de estudio, pero comprueba también tus mezclas con tus auriculares baratos: debe sonar bien independientemente de cómo lo experimentes.
Buena suerte y siga siendo creativo.