La guerra del volumen terminó cuando los servicios de streaming se convirtieron en la forma de escuchar música para la mayoría de la gente. Tras casi dos décadas de grabaciones muy comprimidas, álbumes recortados (como Death Magnetic de Metallica) y música tan desgarradora como desalmada, Spotify y compañía hicieron lo correcto: normalizar el audio automáticamente antes de que se publicara en su plataforma.
Aun así, la música que publiques debe sonar fuerte, o al menos lo suficiente para que la gente pueda apreciar plenamente todos los aspectos de tu composición. Entonces, ¿cómo conseguir que tus grabaciones suenen ricas, llenas y tan altas como las canciones que publican los artistas profesionales?
La respuesta es que puede hacerse de más de una forma, y en este artículo repasaremos varias opciones. Sin embargo, primero empezaremos con un análisis de lo que es realmente la sonoridad y cada paso del proceso de producción que puede hacer que tu canción suene más fuerte.
¿Qué significa sonoridad?
La primera suposición errónea es creer que la sonoridad tiene que ver con el regulador de volumen del equipo de música o del smartphone. De hecho, si se mezcla y masteriza con cuidado, una canción no tiene por qué ser estridente para tener un sonido rico, pleno y envolvente.
La sonoridad es, ante todo, una percepción. Se define por la reacción de nuestros oídos a los niveles de presión sonora, el rango dinámico y el equilibrio de frecuencias. Los tres elementos trabajan al unísono para crear un escenario sonoro envolvente.
Debido a la forma en que se produce, una pista puede sonar más alta que otra aunque sus medidores de volumen de audio alcancen el mismo nivel. Así que, si te preguntas cómo hacer que mi música suene más fuerte, lo que en realidad estás preguntando es cómo controlar el volumen en todas las fases de la producción.
Hay tres áreas principales de la producción musical que afectan a la sonoridad: las fases de grabación, mezcla y masterización. Se ejecutan en ese orden y la calidad de cada proceso depende del anterior: ni el mejor masterizador puede arreglar una pista mal mezclada o grabada.
Desglosemos el proceso de producción en estas tres categorías y veamos qué puedes hacer en cada fase para aumentar la sonoridad.
Tres etapas para aumentar la sonoridad
Durante la producción

El primer paso para conseguir un sonido más alto está en la fuente. Siempre que voy a un estudio de grabación para una sesión de grabación, el primer día solo se trata de conseguir los sonidos y niveles de volumen adecuados, y no de grabar música en realidad.
Dependiendo de si grabas con instrumentos analógicos o digitales, el proceso para conseguir que el sonido suene lo suficientemente alto es diferente, pero para simplificar las cosas, basta con que lo hagas lo más alto que puedas sin saturar.
El clipping se produce cuando alcanzas un nivel de volumen tan alto que introduces distorsión en tu pista. Aunque cierto tipo de distorsión puede mejorar tu firma sonora, no es el tipo de distorsión que quieres tener en tu canción.
El escalonamiento de la ganancia es importante en esta fase. Es el proceso de asegurarse de que el sonido tiene el mejor nivel posible en toda la cadena de señal, para que ninguno de los efectos añada ruido o distorsión no deseados.
Por último, utiliza los efectos con prudencia. La saturación puede añadir contenido armónico a la pista y darle un sonido más rico sin aumentar el volumen. Lo mismo ocurre con la reverberación, que puede hacer que la pieza resulte más envolvente y orgánica.
Dependiendo de tu flujo de trabajo, puedes grabar la pista con efectos analógicos, o "en seco", y luego aplicar los efectos digitalmente. Sea cual sea el método que adoptes, asegúrate de que los efectos grabados y los aplicados después no desentonen.
Durante la mezcla

En la mezcla es donde se realiza la mayor parte del trabajo duro. Es la fase del proceso de producción en la que se hace sitio para cada instrumento y se crea un escenario sonoro cohesionado ajustando los niveles de volumen y las frecuencias.
Recuerda lo que hemos dicho antes: el volumen es más una cuestión de percepción que de volumen real. Mi recomendación es que te centres en crear una experiencia envolvente en lugar de ruidosa.
Empieza por ajustar el volumen de cada pista. Escucha atentamente la pieza con auriculares y monitores de estudio y comprueba que todos los elementos de la mezcla son audibles y están presentes como deseas.
A menudo se pasa por alto la panoramización, pero es una forma estupenda de dar sensación de espacio e inmersión a la mezcla. Además, evitarás tener demasiados sonidos en el centro, lo que puede enturbiar la pista.
Si tienes problemas de distorsión, no olvides controlar los ajustes de volumen en tu DAW o en el panel de ajustes de audio. No querrás pasarte horas intentando averiguar qué le pasa a tu mezcla, ¡solo para descubrir que tenías los ajustes equivocados en tu DAW!
Hablemos de los efectos que ayudan a crear una mezcla cohesiva.
EQ Utiliza la ecualización para crear espacio para cada instrumento. La eliminación de frecuencias innecesarias de todos los instrumentos libera espacio en el escenario sonoro y te permite hacer la canción más alta y limpia.
Existen muchos tipos de ecualizadores (paramétricos, semiparamétricos, gráficos, dinámicos y shelving), pero lo importante es que utilices uno que te permita realzar y atenuar las frecuencias como tú quieras. Puedes empezar con el plugin que te ofrezca tu DAW y mejorarlo cuando creas que necesitas algo más.
Compresión. La compresión ayuda a reducir los picos dinámicos y a aumentar el volumen de los elementos más silenciosos. Utilízala no sólo para que todo esté más cohesionado en términos de volumen, sino también para preservar el equilibrio y el control en tu mezcla. La compresión multibanda es la mejor forma de preservar la dinámica de la pista al tiempo que la cohesiona; no es la herramienta más fácil de dominar, pero bien utilizada puede llevar tu música al siguiente nivel.
Es fácil exagerar en esta fase, sobre todo con la compresión, pero recuerda que una pista con un sonido aplastado y sin dinámica sonará aún peor cuando se reproduzca en la aplicación Spotify o Apple Music. Céntrate en la claridad y la energía.
Durante la masterización

La masterización consiste en el pulido final y en asegurarse de que la pista suene bien en todos los sistemas de reproducción posibles.
Si los procesos de grabación y mezcla se han realizado correctamente, la masterización consiste sobre todo en cohesionar la obra y prepararla para su distribución. Para ello se utilizan cadenas de masterización que incluyen compresión, limitadores, clippers y ecualizadores para maximizar la sonoridad percibida.
En concreto, un buen limitador puede cambiar el juego de tu pista, ya que subirá el nivel de volumen sin causar distorsión. A continuación, utiliza un clipper (como KClip, pero hay muchos buenos) para dar forma a los detalles transitorios y crear un resultado más alto pero más musical.
Al igual que la grabación y la mezcla (quizá incluso más), la masterización a veces parece magia: no sabes exactamente qué más necesita tu tema, salvo que debe tener más volumen.
Mi sugerencia es que no le des demasiadas vueltas. Sí, utiliza limitadores para dar más volumen a la pista, pero recuerda también que cada plataforma de streaming aplicará su propia normalización, así que céntrate primero en la claridad y la cohesión de tu canción.
Hablando de esto, siempre es una buena práctica comprobar cómo se comporta tu canción en la aplicación de Spotify una vez normalizada.
Spotify establece el nivel de audio en torno a -14 LUFS. Esto significa que si comprimes demasiado tu música y la masterizas a -6 o -8 LUFS, tu canción en Spotify sonará más aplastada y con su dinámica completamente alterada.
El mencionado álbum de Metallica, Death Magnetic, es un ejemplo perfecto de lo que ocurre cuando se llevan las cosas demasiado lejos: los amantes de la música y los fans se sentirán decepcionados porque sus canciones (aunque sean buenas) suenan mal. Y aunque Spotify tiene algunos ajustes de ecualizador que pueden ayudar a los oyentes a mejorar el sonido, un mal master es prácticamente irreparable.

Además, vigila tus picos reales. Spotify sugiere establecer el nivel de pico de la pista en -1 dBTP para evitar cualquier distorsión. Por lo tanto, ajusta el techo de salida de tu limitador a -1,0 dBTP, activa el sobremuestreo si puedes, y establece un tiempo de lookahead de 1 a 5 milisegundos.
Antes de publicar tu música, expórtala a -14 LUFS y -1 dBTP y súbela como pista privada si es posible. Escucha cómo se compara con canciones de tu género y compara la pegada, el equilibrio tonal, la claridad y, por supuesto, el volumen.
No es raro que los ingenieros de masterización creen versiones diferentes para streaming y descargas físicas/digitales, ajustando el volumen y la limitación para cada plataforma. Tú puedes hacer lo mismo si quieres asegurarte de tener la mejor versión de tu canción en cada plataforma.
Ten en cuenta que una vez que subas la canción a tu servicio de distribución, no podrás escuchar cómo suena en Spotify antes de que se publique en los servicios de streaming. Eso significa que todos los ajustes que hagas durante la fase de masterización deben estar diseñados para alinearse con la calidad de streaming que buscan Spotify y las demás plataformas.
Cómo entender el volumen de Spotify
Hay cosas que escapan a tu control, como la forma en que tu público escucha tu música o cómo normalizan el audio las plataformas de streaming. Lo único que puedes hacer es preparar tu música para que suene lo mejor posible en todas las circunstancias.
Como he mencionado antes, la aplicación de Spotify aplica la normalización de sonoridad por defecto. Esto es algo positivo, ya que aplica niveles de sonido equilibrados a las distintas canciones, álbumes y artistas. Pero también significa que Spotify puede bajarlos y afectar al escenario sonoro.
Una cosa que mucha gente no sabe es que el nivel de volumen de Spotify es seleccionable por el usuario entre -19, -14 y -11 LUFS. Para aumentar el volumen de Spotify, ve a la esquina superior derecha de la aplicación de escritorio (o abre la aplicación Configuración en tu smartphone), haz clic en tu perfil y selecciona Configuración. Desplázate hasta la sección Calidad de audio y ajusta Nivel de volumen a "Alto".
También hay una alternativa que personalmente no recomendaría, pero que merece la pena mencionar. En los dispositivos Android, puedes saltarte las limitaciones del sistema utilizando aplicaciones Android de terceros o acceso root. Por lo que sé, esto tiene un impacto en la calidad de audio de tu aplicación, así que no lo recomendaría a menos que sepas lo que estás haciendo.
Reflexiones finales
Hacer que tu música suene más fuerte no debería ser tu principal objetivo como artista. A veces, intentar que el volumen de tu música sea lo más alto posible tiene un precio: tus canciones perderán la sensación orgánica y la vibración que las hacen únicas, lo cual es un precio muy alto, en mi opinión.
Sonar alto por sonar alto no significa que sea mejor. Quieres que tu pista suene bien en todos los sistemas: desde altavoces externos a auriculares, desde transmisiones a baja velocidad de bits a monitores de estudio de gama alta. Una mezcla equilibrada con un buen rango dinámico siempre sonará lo suficientemente fuerte.
Lo mismo ocurre si eres aficionado a la música. Si tienes un buen sistema de sonido o un preamplificador, hay muchas formas de ajustar el volumen de los medios hasta alcanzar el nivel adecuado, pero tu experiencia de escucha debe centrarse más en la calidad del sonido que en el volumen extremo.
En resumen: cuando grabes una canción, céntrate en la calidad del sonido y la dinámica, y no tanto en el volumen. La fase de mezcla es probablemente la parte más delicada, así que asegúrate de ajustar los volúmenes y la panorámica con cuidado hasta que todos los instrumentos tengan su lugar en el escenario sonoro.
Por último, el proceso de masterización. Aquí es donde debes intentar que tu música suene más fuerte sin crear distorsiones no deseadas, teniendo siempre en cuenta que las canciones serán normalizadas por las plataformas de streaming en las que acabará tu canción. De la lista anterior, encuentra un conjunto de herramientas de masterización que puedas utilizar para que tu canción suene perfectamente en todos los sistemas de reproducción, sin comprometer la naturaleza de tu firma sonora.
¡Buena suerte!