Las progresiones de acordes cinematográficas tienen un sabor único que las hace destacar en el mundo de la composición musical.
Hoy vamos a echar un vistazo a lo que se necesita para dar vida a esas composiciones mágicas, empezando por la teoría musical, hasta llegar a las progresiones de acordes que convirtieron algunas películas en clásicos atemporales. Al final del artículo, sabrás todo lo que necesitas para componer tu propia música de cine, de videojuegos o de cualquier otra cosa que se te ocurra.
Comprender las progresiones de acordes

No podemos abordar de forma realista el tema de las progresiones de acordes cinematográficas sin saber qué es una progresión de acordes. Se trata de un tema complejo, por lo que sólo daré una breve visión general. Los que ya estén familiarizados con la teoría musical que hay detrás de las estructuras de acordes pueden saltarse esta sección.
Para los principiantes, centrarse en la diatonalidad y la armonía funcional es una buena forma de empezar a comprender la teoría que subyace a las progresiones musicales.
Las progresiones de acordes diatónicos utilizan notas de una sola tonalidad. Por ejemplo, si escribes una canción en La mayor, todos los acordes procederán de la escala de La mayor, que contiene las notas La, Si, Do#, Re, Mi, Fa# y Sol#.
A partir de esta escala, puedes crear tríadas, o acordes con tres notas:
- La mayor (I): A C# E
- Si menor (ii): Si Re Fa#
- Do# menor (iii): Do# Mi Sol#
- Re mayor (IV): RE FA# LA
- Mi mayor (V): E G# B
- Fa# menor (vi): FA# LA DO#
- Sol# disminuido (vii°): SOL# SI RE


Cada acorde suele representarse con un número romano: las letras mayúsculas son los acordes mayores, mientras que las minúsculas son los acordes menores. Esto nos da la progresión I - ii - iii - IV - V - vi - vii°.
La tónica, o acorde I (La mayor en este caso), es un punto de referencia para todos los demás acordes, mientras que el acorde V (Mi mayor) es lo que se llama la "función dominante", que tiene un fuerte "deseo" de resolver de nuevo a la tónica.
Cuando estudiamos cómo se relacionan los acordes entre sí, hablamos de conducción de voz, que describe cómo las notas individuales pasan de un acorde a otro.
Por ejemplo, al pasar de V (Mi mayor) a I (La mayor), observamos lo siguiente:
- Mi (raíz) se resuelve en La (raíz).
- Sol# (tercera) se resuelve en La (raíz).
- Si (quinta) se resuelve en Do# (tercera de I).
Esta resolución hace que I - V - I sea una progresión común que suena completa y armoniosa.
Si V se resuelve bien en I, podemos buscar otros acordes que tengan una relación similar.
El acorde ii (Si menor) está a una quinta de V. Si se añade ii antes de V se crea la progresión I - ii - V (La - Si menor - Mi), donde ii es un acorde predominante, que conduce fácilmente al acorde dominante (V). Esta progresión I - ii - V es una de las más utilizadas en diversos géneros musicales, como el jazz, la música clásica, el pop y el country.
Círculo de Quintos
Si estás pensando en convertirte en compositor de bandas sonoras, el siguiente paso lógico en teoría musical es comprender el Círculo de Quintas.

Una "quinta" es la quinta nota de una escala mayor. Al tocar una nota y luego la nota siete tonos más alta, se establece una quinta. Continuando este patrón se crea un círculo que representa visualmente las relaciones entre las tonalidades. Cuanto más cerca estén dos teclas en este círculo, más suave sonará la transición entre ellas; del mismo modo, las teclas que están más alejadas pueden crear un efecto más contrastado.
¿Por qué necesita saber esto? Porque la transición entre claves es fundamental a la hora de crear un viaje emocional.
Los compositores de cine cambian de tonalidad para seguir los cambios en las escenas, y el círculo de quintas muestra claramente la estrecha relación que existe entre las tonalidades. Por ejemplo, pasar de Do mayor a Sol mayor es una transición habitual porque las dos tonalidades comparten algunas notas, lo que hace que la música fluya con naturalidad.
El círculo de quintas también te permite explorar diferentes melodías con confianza, moviéndote entre tonalidades distantes pero relacionadas; pasar de Do mayor a Fa# mayor puede ser un cambio bastante drástico, pero el contraste de tonalidades puede funcionar muy bien si la escena requiere un movimiento repentino.
A la hora de orquestar, los compositores también pueden elegir tonalidades que funcionen bien con determinados instrumentos simplemente siguiendo el círculo de quintas, al tiempo que conservan la progresión armónica.
En última instancia, la composición de bandas sonoras se reduce a la tensión y la liberación, y la comprensión del círculo de quintas proporciona a los compositores una estructura para crear tensión de forma eficaz. Ya sea resolviendo desde un acorde de dominante hasta el acorde principal, o utilizando dominantes secundarias e intercambio modal, podrás añadir más profundidad a tu música siguiendo este sistema.
Los mejores ejemplos
Examinemos cómo utilizan estas progresiones algunas de las partituras más emblemáticas:
Interstellar - Hans Zimmer
Una banda sonora fenomenal de uno de los más grandes compositores vivos de música de cine. El tema principal de Interstellar está en la tonalidad de La menor, pero empieza con el acorde VI, Fmaj7, seguido del acorde V menor, Mi menor, que tiene Sol en el bajo.
El tercer acorde es La menor, lo que da una evidente sensación de resolución. Luego, la progresión vuelve a Mi menor, de nuevo con Sol en el bajo, pero esta vez con una nota Re en la melodía. La progresión de acordes menores, con sus ocasionales inversiones, crea una atmósfera de asombro y misterio que encaja perfectamente en esta alucinante y visionaria ópera espacial.
Stranger Things - Kyle Dixon y Michael Stein
El tema principal de Stranger Things es otro gran ejemplo porque presenta una forma sencilla pero efectiva de crear tensión.
El tema sólo utiliza dos acordes: Do mayor 7 y Do mayor 7/E. Sin embargo, el cambio entre estos acordes es particularmente suave, con sólo las raíces de cada acorde tocadas en diferentes octavas en el bajo.
Do mayor 7 y Do mayor 7/E tienen las mismas cuatro notas, pero el cambio de la nota grave confiere a cada acorde un sonido diferente. El efecto de la alternancia de notas graves bajo un acorde crea una atmósfera inquietante que funciona a la perfección con la historia.
Tema de la Princesa Leia (Star Wars)- John Williams
Siempre me ha gustado más Star Trek, pero no puedo negar que las películas de La guerra de las galaxias cuentan con algunas de las mejores composiciones musicales hechas para el cine. De todas las obras maestras compuestas a lo largo de las décadas, el tema de la princesa Leia de John Williams es la cumbre de la narración musical.
Escrito en Re mayor, la progresión de acordes del tema sigue un patrón de I-iv-I-iv-II-vi-i-VI-iv-V-II dom 7. Como tal, la música cambia entre acordes mayores y menores, que es lo que da un aura de añoranza a la música.
Lo que más me gusta del tema de Leia es la transición de un acorde de re mayor a un acorde de sol menor. El cambio confiere a la música una textura agridulce, matizada y majestuosa.
Williams utiliza sol menor en lugar de un acorde de sol mayor, para dar un tono más oscuro y emotivo a la banda sonora. Además, a medida que avanza el tema, la tonalidad desciende medio paso, lo que aumenta la profundidad de la pieza. El tema pasa dos veces por estos acordes, antes de volver a Re mayor.
9 acordes cinematográficos que puedes usar para tus bandas sonoras
I - V - vi - IV: Mejor para bandas sonoras pop
Ejemplo: Do - Sol - Am - Fa
I - V - vi - IV es, con diferencia, la progresión más popular de la música occidental. Comienza con el acorde I (la tónica), pasa al acorde V (la dominante), desciende al acorde vi (la sexta menor) y termina con el acorde IV (la subdominante).
Además de ser perfecta para intercambiar el centro tonal, esta progresión crea intrínsecamente una sensación de elevación, con un flujo de emociones que avanza gradualmente hacia la esperanza. La sensación es completa y fortalecedora, y por eso se ha utilizado innumerables veces a lo largo de las décadas.
vi - IV - I - V: La pieza épica
Ejemplo: Am - F - C - G
Otra secuencia común es vi - IV - I - V, que sigue un patrón similar a I - V - vi - IV pero comienza con el acorde submediante, el acorde vi, antes de construir hasta una fuerte resolución.
Crea un cambio de tono emocional bastante conmovedor, sobre todo porque la V proporciona una poderosa descarga emocional al viaje de un personaje.
vi - iii - V - II: Positividad y esperanza
Ejemplo: Am - Em - G - D
Esta secuencia funciona bien en los momentos emotivos, cuando el equilibrio entre tristeza y esperanza es crucial.
La progresión de acordes vi - iii - V - II lleva a los oyentes a un viaje emocional. Comienza con un acorde vi que destila solemnidad, y el acorde iii continúa este sentimiento pero comienza a sugerir un cambio. Cuando la progresión llega al acorde V, hay una sensación de añoranza que culmina en el acorde II, añadiendo un giro sorprendente y positivo.
vi - IV - V - iii: Tristeza con Aceptación
Ejemplo: Am - F - G - Em
Esta progresión comienza de nuevo con el acorde vi, pero el acorde IV que le sigue aporta una sensación temporal de estabilidad. El siguiente acorde V crea tensión, pero la progresión termina con el acorde iii, que da una sensación agridulce.
Los dos acordes menores hacen que suene triste, y especialmente el acorde iii es el responsable del sentimiento conmovedor que define la progresión.
Para mí, esta estructura es perfecta para los momentos de aceptación y pérdida. Deja en el espectador una sensación de emoción no resuelta, que puede funcionar bien cuando se representa la lucha de un personaje principal.
I - IV - vi - V: La banda sonora del héroe
Ejemplo: Do - Fa - Am - Sol
La progresión I - IV - vi - V es otro estándar de la narrativa cinematográfica que funciona bien con personajes heroicos. Empieza fuerte con el acorde I, y luego el acorde IV realza aún más la poderosa sensación de la música.
A continuación, el acorde vi añade un sutil elemento de vulnerabilidad a esta progresión de acordes mayores, y el acorde V crea tensión antes de volver al acorde I fundacional.
ii - IV - vi - V: Progresión majestuosa
Ejemplo: Re - Fa - Am - Sol
Esta progresión es perfecta para escenas épicas. Comienza con el acorde ii, que le da sensación de movimiento. El acorde IV añade estabilidad, mientras que el acorde Vi aporta cierta vulnerabilidad. Por último, el acorde V resuelve con fuerza.
vi - IV - V - II: Ambiente estimulante
Ejemplo: Am - F - G - D
Esta progresión está presente probablemente en todos los vídeos de YouTube que presentan naturaleza y música relajante.
Empieza con el acorde vi, que ya de por sí desprende un aire reflexivo y triste. Sin embargo, los acordes IV y V crean una sensación de anticipación inspiradora y positiva. La secuencia termina con el acorde II, que añade una sensación de esperanza a la progresión.
I - IV - ii - V: Una nueva aventura
Ejemplo: Do - Fa - Re - Sol
He aquí una progresión que funciona muy bien para escenas de acción y viajes.
La progresión I - IV - ii - V es bastante alegre y comienza con el acorde I, que proporciona una base sólida. El siguiente acorde IV amplía la música, mientras que el acorde II añade algo de tensión. Por último, la progresión se resuelve con el potente acorde V, que aporta emoción y energía.
I - iii - V - II: Expansivo
Ejemplo: Do - Em - Sol - Re
La progresión I - iii - V - II comienza con el poderoso acorde I, para pasar a un acorde iii más inesperado. El acorde V crea expectación, mientras que el acorde II aporta finalmente una sensación de infinitas posibilidades.
Los dos acordes mayores del final de esta progresión crean un ambiente positivo que puede utilizarse en muchos contextos cinematográficos.
Consejos finales
Crear una progresión de acordes cinematográficos que resuene en la gente requiere un vocabulario sonoro que suene a la vez profundo y familiar, así que asegúrate de escribir música con la que la gente pueda conectar y que amplíe el significado de lo que ocurre en la pantalla.
Cuando se trata de bandas sonoras de películas, las opciones son prácticamente infinitas: por ejemplo, aprender más sobre tonalidades menores puede añadir mucha profundidad emocional a tu partitura, o cambiar de una tonalidad mayor a su versión menor para crear un fuerte contraste que puede aumentar el dramatismo.
Lo mismo ocurre con los acordes prestados de la paralela menor, como sustituir un acorde vi en una tonalidad mayor por el acorde iv de la escala menor. O dominar el movimiento de la raíz para moverse entre acordes que comparten una nota común.
Por último, añadir un acorde disminuido a tus progresiones puede crear suspense y conducir a una resolución significativa, especialmente cuando lo utilizas como transición entre dos acordes en armonía tradicional.
Muchas bandas sonoras utilizaban acordes disminuidos para añadir sorpresa a progresiones sencillas. Este truco, junto con las dominantes secundarias y los cambios de tonalidad, te ayudarán a construir una paleta sonora que dará vida a nuevas emociones.
Buena suerte y siga siendo creativo.