Cómo ecualizar voces femeninas

Cómo ecualizar voces femeninas Cómo ecualizar voces femeninas

Los hombres y las mujeres somos diferentes en muchos aspectos. Desde cómo pensamos hasta cómo hablamos, está claro que no coincidimos en todo.

Pero una cosa que se nota especialmente es el sonido de nuestras voces. Las voces femeninas tienden a tener un tono más agudo y cualidades tonales diferentes en comparación con las masculinas, y eso es algo que no podemos ignorar a la hora de ecualizar las voces.

El problema es que no hay dos voces femeninas iguales. Cada cantante tiene su propio sonido. Algunas, como Billie Eilish o Norah Jones, tienen tonos más suaves, mientras que otras, como Adele o Beyoncé, tienen voces más potentes. Algunas simplemente tienen peculiaridades que hacen que su voz destaque de un modo imposible de replicar (te miro a ti, Shakira). Esto significa que no existe una fórmula mágica para ecualizar las voces femeninas.

Pero no te preocupes, ¡para eso estás aquí! Esta guía no te va a dar una hoja de trucos de ecualización vocal ni te va a prometer una solución única para añadir claridad a tu voz (porque, alerta de spoiler, no existe).

En su lugar, voy a compartir algunos consejos y trucos que te darán un punto de partida sólido. Con ellos, serás capaz de manejar mejor todos los elementos únicos que vienen con cada voz, y en última instancia, hacer que esas voces femeninas suenen tan increíble como pueden ser.

El alcance de la voz femenina

La voz femenina tiene un rango bastante amplio, y eso es algo que merece la pena comprender a la hora de ecualizar.

Por lo general, la voz femenina abarca desde unos 130 Hz en el extremo inferior hasta 5 kHz y más en el rango superior.

Aquí tienes una generalización de lo que puedes esperar en cada gama:

  • El extremo inferior (130 Hz - 300 Hz): Aquí es donde viven los tonos más ricos y llenos de la voz femenina, y donde encontrarás la calidez y el cuerpo de la voz.
  • La gama media (300 Hz - 2.500 Hz): Es el punto óptimo de claridad y presencia. La mayor parte de la emoción y el carácter de cualquier voz, masculina o femenina, vive aquí.
  • La gama media alta (2.500 Hz - 5.000 Hz): Aquí es donde las cosas empiezan a ser más brillantes y a sonar más adelantadas. Me gusta pensar en ella como la gama de "claridad".
  • Los agudos (5.000 Hz y más): De aquí proceden la respiración y la ligereza de la voz femenina. En la música pop, este rango es crucial.

Ahora, la pregunta es: ¿qué hacemos con estos rangos?

Principales movimientos vocales femeninos EQ

La forma de ecualizar las voces femeninas puede variar en función del cantante, el tipo de micrófono, la colocación del micrófono o las reflexiones no deseadas en la sala.

Dejando a un lado todas las variables, sin embargo, hay algunos movimientos de ecualización que suelen funcionar para la mayoría de las pistas vocales femeninas.

Filtro paso alto

El paso alto es una de esas técnicas de moda de las que parece que oímos hablar mucho, pero lo cierto es que es uno de esos movimientos esenciales en la ecualización de voces que puede marcar una gran diferencia.

El paso alto sólo significa cortar las frecuencias más bajas que no contribuyen mucho al sonido de las voces.

¿Por qué es importante?

No hay mucho contenido útil en los graves profundos de una voz femenina. Si dejas esas frecuencias bajas, lo único que hacen es ocupar un valioso espacio libre en la mezcla y estorbar a los instrumentos que realmente necesitan estar en ese rango. Además, cuando añades compresión o saturación, pueden aparecer ruidos no deseados.

Quizá estés pensando: "¿Pero no se perderá la calidez de los graves si paso demasiado agudos?". Buena pregunta. Lo que ocurre es que la calidez y el cuerpo reales de una voz femenina proceden de esas frecuencias medias-graves ligeramente más altas (entre 130 Hz y 300 Hz), no de los graves profundos que retumban por debajo de 100 Hz.

Lo difícil es saber dónde colocar el filtro de paso alto. Si lo pones demasiado alto, empezarás a cortar el cuerpo de la voz, pero si lo dejas demasiado bajo, no hará su trabajo.

Por regla general, para la mayoría de las voces femeninas, el paso alto debe situarse entre 80 Hz y 150 Hz. Pero esta regla no es válida para todo el mundo, así que aquí tienes una pequeña técnica que te ayudará a encontrar ese punto óptimo:

Ajusta el filtro de paso alto a unos 80 Hz y muévelo lentamente hacia arriba en pequeños incrementos (por ejemplo, de 10 a 20 Hz cada vez) mientras escuchas atentamente. Presta atención al momento en que la voz empiece a parecer más tensa o controlada, sin perder nada de calidez.

El objetivo es encontrar el punto más alto en el que puedas cortar los graves sin quitarle riqueza a la voz. Sabrás que lo has encontrado cuando las voces suenen más limpias, pero sigan teniendo ese carácter agradable y pleno. Si empiezas a oír que la voz pierde su calidez natural o parece demasiado fina, reduce un poco el volumen.

Barro

El barro vive en las frecuencias medias-bajas, normalmente entre 200 Hz y 500 Hz.

El barro es complicado porque no siempre suena terrible por sí solo. De hecho, cuando las voces tienen mucha energía en ese rango, pueden sonar bien. Sin embargo, si tienes mucha instrumentación de medios-graves, como guitarras o teclados, ese mismo barro puede empezar a estropear el equilibrio.

La mejor forma de solucionarlo es cortar suavemente en la gama media-baja. La palabra clave aquí es "suavemente". No quieres despojar a las voces de su cuerpo y calidez.

En lugar de eso, céntrate en hacer pequeños cortes quirúrgicos en la zona de 200 Hz a 500 Hz. Empieza experimentando con un corte alrededor de 300 Hz. Si la voz sigue pareciendo un poco turbia, puedes probar a ampliar el corte o subirlo ligeramente a 400 Hz, pero de nuevo, con cuidado. Un pequeño corte de 2-3 dB suele ser suficiente para limpiar las cosas sin sacrificar el carácter de la voz.

Medios de caja

A continuación, los medios de caja.

¿Por qué lo llamamos cuadrado?

Ya conoces ese sonido. Piensa en voces atrapadas, como si vinieran de dentro de una caja de cartón.

Las frecuencias de caja suelen situarse entre 500 Hz y 800 Hz, y pueden hacer que la voz femenina suene apagada. Estas frecuencias son a menudo responsables de dar a la voz ese tono hueco y congestionado.

He observado que en la mayoría de las voces femeninas con las que trabajo, esta rigidez suele aparecer en torno a los 600 Hz. No siempre es igual para todas las cantantes, pero es un punto común en el que las cosas empiezan a sonar un poco claustrofóbicas.

Si escuchas esa calidad apagada y encajonada en tu pista vocal, puedes utilizar un corte suave en ese rango de 500 Hz a 800 Hz. Te recomiendo empezar con un Q estrecho (para que el corte no sea demasiado amplio) y reducirlo en torno a 600 Hz un par de dB.

Sibilancia y dureza

La sibilancia y la dureza son dos de los problemas más molestos a los que nos enfrentamos cuando intentamos ecualizar voces femeninas.

La sibilancia es ese sonido agudo y sibilante que se obtiene de ciertos sonidos "S" y "T" en una interpretación vocal. Es como el siseo de una serpiente: ssssssss.

Ten en cuenta que la sibilancia es natural en el habla y el canto, pero en exceso puede distraer, sobre todo en una mezcla.

El primer paso es identificar dónde se encuentra la sibilancia, que suele estar entre 6 kHz y 10 kHz. Para localizar estas zonas problemáticas, puede utilizar un de-esser, diseñado específicamente para dominar los sonidos "S" y "Sh" penetrantes de forma dinámica.

Pero si buscas un enfoque más práctico, puedes hacer un corte sutil en el rango de 6 kHz a 10 kHz con tu ecualizador. Una reducción suave (unos 2-3 dB ) puede hacer maravillas.

Luego, tenemos la dureza, que es un poco diferente.

La aspereza suele estar en el rango de 2 a 5 kHz. Aquí es donde una voz puede empezar a parecer demasiado aguda o chirriante, como uñas en una pizarra. Sin duda, no es la sensación que quieres.

Si encuentras que tu voz se vuelve demasiado agresiva o desagradable en este rango, prueba un pequeño corte con una Q ancha.

Presencia y claridad

Presencia y claridad son las cualidades que hacen que las voces se sientan en primera línea en una mezcla.

Por desgracia, tienden a situarse en ese rango de dureza del que hablábamos antes, concretamente entre 2 kHz y 5 kHz. Y aunque hay que tener cuidado en esta zona (porque demasiado de algo bueno puede llevar a la aspereza), la cantidad adecuada de presencia y claridad puede dar a tus voces el impulso que necesitan para elevarse por encima de una mezcla cargada.

En el caso de las voces femeninas, me suele gustar utilizar un Q amplio para conseguir un sonido más natural y musical.

Tampoco hace falta volverse loco. Un ligero aumento de 2-3 dB en torno a los 3 kHz puede ayudar a que las voces sean mucho más inteligibles.

Eliminación de frecuencias resonantes no deseadas

Las frecuencias resonantes son ciertas notas que se amplifican de forma poco natural y que a menudo pueden hacer que una voz suene retumbante, anillada o incluso hueca. La resonancia se produce cuando la voz del cantante o la acústica del espacio de grabación excitan demasiado una frecuencia concreta.

Es como cuando tocas la nota correcta y se produce un extraño zumbido o un murmullo exagerado.

Aunque un poco de resonancia forma parte del carácter de una voz, demasiada puede hacer que suene poco natural o que resulte incómodo escucharla, por lo que es importante encontrar y controlar estos puntos problemáticos.

El primer paso es encontrarlos. Para ello, puedes utilizar un ajuste de ecualizador estrecho (Q alto) y barrer el espectro de frecuencias hasta que oigas lo que te molesta.

Una vez que hayas encontrado una frecuencia resonante, el siguiente paso es cortarla.

Al cortar resonancias, lo mejor es utilizar un ajuste Q estrecho y bajarlo sólo lo necesario para enterrar la resonancia de modo que ya no distraiga.

Una advertencia:

Por muy tentador que resulte "arreglar" cada pequeña resonancia, no te pases de la raya. Si eres demasiado agresivo con los cortes, puedes acabar eliminando partes importantes del tono natural de la voz. Cortar demasiado en los lugares equivocados puede hacer que la voz suene hueca o fina, que es, básicamente, lo contrario de lo que quieres.

Por lo tanto, tómatelo con calma, escucha con atención y no sientas la necesidad de "cazar" las frecuencias malas si no estás escuchando ya algo mal en primer lugar.

Aire y brillo

El aire y la chispa son los toques finales que convierten una buena voz en una gran voz, sobre todo en la música pop. Puede hacer que las voces, incluso las que no se grabaron de la mejor manera, suenen más "caras".

Siempre que estoy ecualizando voces femeninas y siento que necesitan un poco de magia, las realzo por encima de 10 kHz con un high-shelf. Incluso el más mínimo realce puede situarte en el lugar adecuado.

No hay que pasarse, ya que un aumento excesivo de la potencia puede provocar asperezas o sibilancias.

A menudo prefiero utilizar un ecualizador de estante alto antes de aplicar un de-esser, ya que puedo obtener toda la ligereza de un estante alto a la vez que me protejo de cualquier sibilancia que pueda añadir.

Soy un gran fan de los ecualizadores Pultec para realzar los agudos, como el EQP-1A. Tienen una chispa de gama alta realmente dulce que suena especialmente bien con voces femeninas y masculinas.

Uso de la compresión multibanda o el ecualizador dinámico

Una cosa que hay que tener en cuenta cuando se hace un movimiento con EQ es que es permanente. Una vez que cortas o aumentas una frecuencia, se acabó. Por eso, aunque el ecualizador es estupendo para realzar o recortar el sonido de una pista vocal, a mí me encanta utilizar la compresión multibanda o el ecualizador dinámico cuando quiero un mayor control en tiempo real.

Estas herramientas te permiten abordar los problemas sólo cuando se producen en la interpretación, lo que da como resultado una mezcla mucho más flexible y natural.

Por ejemplo, supongamos que la voz de una cantante es un poco áspera en el rango de 2 kHz a 5 kHz, pero sólo cuando alcanza ciertas notas agudas. Si aplicaras un corte de EQ en ese rango a toda la pista, acabarías desluciendo el resto de su interpretación vocal, incluso cuando no está siendo áspera.

Sin embargo, con la compresión multibanda o la ecualización dinámica, puedes aplicar ajustes de compresión o ecualización sólo cuando el volumen de un rango de frecuencias específico cruza un determinado umbral.

Así, cuando alcanza esas notas agudas y la dureza se dispara en la zona de 3 kHz, puedes comprimir ese rango o cortarlo dinámicamente. Cuando canta más bajo y esas frecuencias no son un problema, todo permanece intacto.

Reflexiones finales - Aprender a ecualizar voces femeninas

La ecualización de voces femeninas no es una ciencia y, al fin y al cabo, cada interpretación vocal es única. No hay dos cantantes que suenen igual y tampoco hay dos mezclas iguales. Por eso es fundamental confiar en el oído.

Los consejos y técnicas de este artículo te ayudarán a conseguirlo, pero no hay nada mejor que escuchar atentamente y hacer ajustes hasta que todo suene a la perfección.

Considera este artículo como una guía, no como un evangelio. Utilízalo como una hoja de ruta para ayudarte a decidir cuándo necesitas aumentar o reducir (o no hacer nada en absoluto) y no tengas miedo de experimentar y romper las reglas. Tal vez puedas aumentar el agudo a 10 k unos 10 dB para conseguir el brillo que buscas, o utilizar un filtro de paso bajo a 20 k para calentar el extremo superior.

Cualquiera que te diga que existe una hoja de trucos para la ecualización vocal te está engañando. La mejor forma de aprender a ecualizar voces, ya sean femeninas o masculinas, es salir ahí fuera y empezar a hacerlo.

Recuerda que mezclar debe ser divertido. Así que sé creativo y no te estreses demasiado.

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