La batería es uno de los instrumentos más difíciles de ecualizar. Tienen un montón de frecuencias contrastadas en todo el espectro y, por si fuera poco, también son la columna vertebral de la mayoría de las pistas, lo que los convierte en un elemento crucial a la hora de mezclar y masterizar una canción.
Cuando se trata de ecualizar kits de batería, no hay una solución única. Tanto si quieres realzar la potencia de un ritmo de hip-hop como hacer que un kit de jazz acústico suene más cohesionado con el resto del conjunto, tendrás dos enfoques completamente distintos de la ecualización. Por eso es crucial mantener la mente abierta y adaptar siempre tu técnica de mezcla a la pista en la que estés trabajando.
En esta guía de ecualización de baterías, analizaremos el proceso y el enfoque más eficaz para ecualizar baterías y cómo deben sonar las baterías mezcladas correctamente. Empezaremos por lo básico, así que aunque nunca lo hayas hecho antes, al final del artículo serás capaz de manejar las frecuencias de tu batería.
Por qué es crucial ecualizar la batería
Al ecualizar la batería, lo que haces es dar forma y pulir el latido de tus pistas, asegurándote de que cada ritmo esté en armonía con el resto de la música. Se trata de dar a la batería su propio protagonismo y, al mismo tiempo, asegurarse de que armoniza con el resto de la mezcla.
La ecualización ayuda a cada elemento de la batería a encontrar su propia voz, limpiando esos momentos en los que los tambores parecen pisarse unos a otros o simplemente no encajan en la sala. Al suavizar los bordes ásperos y aclarar los puntos apagados, usarás tu creatividad y tu gusto para sacar a relucir la emoción y la energía de tu música.
Así que piensa en la ecualización de la batería como una forma de conseguir que todos los elementos de tu instrumento toquen juntos en perfecta armonía dentro de la mezcla de batería, para que luego puedan fundirse con el resto de la composición.
Las herramientas necesarias para ecualizar la batería
Los plug -ins de ecualización pueden proporcionarte todo lo que necesitas para tus grabaciones de batería, desde la calidez de los tonos vintage hasta los sabores modernos de claridad. Sin embargo, hay una plétora de plugins de ecualizador diferentes, así que encontrar el adecuado puede resultar un poco desalentador, pero cuando lo hagas, desbloquearás un nuevo nivel en tus habilidades de producción.
Los filtros de paso alto (HPF ) y de paso bajo (LPF) son herramientas cruciales en la mezcla de baterías. Los HPF eliminan las frecuencias bajas y los ruidos no deseados, mientras que los LPF atenúan las frecuencias altas. Juntos, y cuando se utilizan correctamente, pueden crear un sonido de batería equilibrado y cohesionado.
Con estos filtros, cada componente de la batería ocupa su propio espacio en la mezcla, mejorando el equilibrio de la pista. En general, los HPF pueden aplicarse a platillos, hi-hats y toms, mientras que un filtro de paso bajo puede suavizar el ataque de los platillos y reducir la aspereza de las cajas.
Veamos brevemente los distintos tipos de ecualizadores que encontrará.
Los ecualizadores gráficos son sencillos y excelentes para realizar ajustes rápidos y amplios, ideales para los directos o cuando la sencillez es crucial.
Los ecualizadores paramétricos ofrecen más precisión cuando se necesitan ajustes de frecuencia específicos para el sonido de la batería, niveles de realce o corte y control del ancho de banda.
Por último, los ecualizadores dinámicos, que combinan las características de los ecualizadores paramétricos con la capacidad de respuesta de los compresores, son excelentes cuando se necesita manejar frecuencias que fluctúan con el volumen, adecuados para géneros dinámicos como el jazz o la música clásica.
Luego está el analizador de espectro, una herramienta cuyo propósito es ofrecer un mapa visual de tu sonido. Te mostrará cómo se comportan las frecuencias a lo largo de la pista y te ayudará a identificar los puntos demasiado saturados o demasiado dispersos.
La compresión multibanda es un efecto crucial para la ecualización de la batería. Puede adaptarse a la música, aplicando la cantidad justa de compresión o expansión a bandas de frecuencia específicas, lo que garantiza que la batería destaque en los momentos adecuados sin saturar la mezcla.
Por último, asegúrate de conseguir un par de auriculares y monitores de estudio de buena calidad , que te proporcionarán una representación precisa y sin colorear de tu mezcla, esencial para tomar decisiones informadas sobre tus ajustes de ecualización.
Guía de ecualización de batería: Paso a paso
EQing drums can be tricky, but with the right approach and tools, you can create a mix that's both cohesive and energizing.
Ahora te guiaremos a través del proceso de ecualización de baterías para diferentes géneros, para que puedas hacer que tus ritmos suenen lo mejor posible, independientemente de si estás tratando con un batería de heavy metal o con un productor de trap. Cubriré todos los aspectos, desde las frecuencias clave en las que debes centrarte para cada parte de la batería hasta las mejores técnicas y herramientas de ecualización.
Paso 1: Bombos
Conseguir un buen sonido de bombo hará que tu canción cobre vida, sacando a relucir sus mejores cualidades: el golpe profundo, el sonido contundente que te golpea justo en el pecho y ese satisfactorio clic del batidor.
Te sugiero que empieces por prestar un poco de atención al extremo inferior. Alrededor de los 50-60 Hz es donde el bombo adquiere toda su potencia, así que un ligero aumento puede hacer que la pista parezca más completa y con más fundamento. Pero no olvides mantener el equilibrio. Además, cortar un poco alrededor de 400 Hz ayudará a tu bombo a atravesar la mezcla, dándole un sonido más claro que no se pierda entre los demás instrumentos.
El ataque del bombo se sitúa en torno al rango de frecuencias de 3 - 5 kHz, por lo que un realce ahí añadirá nitidez al sonido del bombo, haciendo que cada golpe sea más pronunciado. Es como añadir una pizca de claridad a la mezcla, especialmente útil si trabajas con bombos muestreados para mantenerlos vivos y dinámicos.
Paso 2: Caja
EQing the snare drum requires a delicate balance to ensure it captures the listener's attention without overshadowing everything else.
Empieza con un suave realce en torno a 400 Hz para añadir calidez y cuerpo a la caja, y luego atenúa las frecuencias a 3,5 kHz para suavizar la textura. Un filtro de paso alto justo por debajo del tono fundamental de la caja es una gran herramienta para limpiar las frecuencias bajas, y sutiles realces en el rango entre 100 Hz y 250 Hz pueden infundir a la caja un sonido con garra y cuerpo.
Por último, los ajustes precisos en las frecuencias altas, normalmente en torno a 900 Hz, 5 kHz y 10 kHz, pueden mejorar aún más el ataque, la nitidez y la presencia aérea de la caja, respectivamente.
Paso 3: Rack Toms
Si quieres que tus toms suenen bien, tendrás que centrarte en dos rangos de frecuencias principales: las frecuencias medias-bajas, en torno a 240 - 500 Hz, para conseguir plenitud y cuerpo, y las frecuencias altas, en torno a 5 - 7 kHz, para añadir claridad y ataque al sonido.
En primer lugar, ajusta la cantidad adecuada de cuerpo en la gama de 240 - 500 Hz, y añade nitidez al sonido de los toms potenciando la zona de 5 - 7 kHz. Si es necesario, ajusta el rango de 500-700 Hz para eliminar la rigidez y conseguir un sonido más moderno.
Especialmente en géneros más pesados como el rock y el heavy metal, el objetivo es realzar el sonido natural de los toms, sacando a relucir sus mejores cualidades al tiempo que se preserva su esencia.
Paso 4: Toms de suelo
Los toms de suelo suelen ser más fáciles de manejar que los toms de rack. En términos de espectro de frecuencias, están a medio camino entre un bombo y un tom, por lo que deben sonar profundos pero también cohesionados con el resto del kit.
La amplificación en torno a los 80 Hz realza la profundidad natural del tom de suelo, mientras que la atenuación de las frecuencias por debajo de 60 Hz mantiene la claridad y evita la saturación de las bajas frecuencias. También recomiendo realzar en el rango de 5 kHz para añadir mordacidad y definición, y hará que el tom de suelo atraviese la mezcla.
Hay otras cosas que puedes hacer para mejorar el sonido de tu tom de suelo, como realzarlo entre 60 Hz y 100 Hz para conseguir más pegada y cortarlo en el rango de 250 Hz a 400 Hz para evitar los timbres no deseados. Por último, los realces sutiles entre 1 kHz y 2 kHz o en torno a 3 kHz y 5 kHz pueden añadir más carácter.
Paso 5: Hi-Hat
Los hi-hats merecen especial atención porque pueden atravesar fácilmente la mezcla con su sonido agudo y directo.
Con los hi-hats, un filtro pasa-altos es tu mejor amigo. Al recortar las frecuencias por debajo de 300-500 Hz, despejas el escenario para que los hi-hats brillen sin ningún enturbiamiento. Esto ayuda a que los hi-hats destaquen, pero también deja más espacio para que el resto de instrumentos respiren en la mezcla.
Para esos momentos en los que el hi-hat abierto parece sonar un poco demasiado agudo alrededor de los 7 kHz o cuando hay otros picos resonantes alrededor de los 5-6 kHz, los pasos de EQ dinámica pueden ayudar a suavizar las cosas. Con la EQ dinámica, puedes domar estos picos sin perder la nitidez que da carácter a los hi-hats cerrados.
Paso 6: Platillos
Unos platillos bien equilibrados añaden una capa de brillo y textura que puede elevar un tema. Pero ese equilibrio no siempre es fácil de conseguir.
Empecemos por abordar el "clang" de gama baja en torno a los 200 Hz para que brille el verdadero carácter de los platillos.
A continuación, mira en el extremo superior, donde la firma sonora de un plato cobra vida. Aumentar un poco entre 6 y 7 kHz puede realzar las características únicas de tu plato, haciendo que destaquen lo suficiente como para añadir emoción sin abrumar al oyente.
Como los platillos suelen ser captados por micrófonos de techo, recogen un poco de todo de la batería. Aquí es donde resulta útil el filtro de paso alto. Cortar por debajo de 350 Hz elimina cualquier rumor de gama baja que se cuele desde el bombo y la caja, lo que reducirá el sangrado de la batería y garantizará que las grabaciones de los platillos sigan siendo claras y definidas.
Del mismo modo, los micros de sala también pueden captar algo de la caja de la caja alrededor de los 500 Hz. Un ligero recorte alrededor de esa frecuencia debería limpiar el sonido de los platillos, eliminando cualquier ruido apagado.
Si los platillos suenan demasiado ásperos, bajar un poco por encima de 10 kHz puede suavizar su impacto en la mezcla, creando una experiencia auditiva más agradable. Si sigues sin estar satisfecho, puedes probar con un realce entre 6 kHz y 8 kHz para definir el sonido de los platillos.
Resultado final: Cómo debe sonar
Cuando tu batería está ecualizada a la perfección, cobra vida de una forma potente y perfectamente coherente, impulsando la canción con un pulso irresistible.
El sonido general de tu kit debe sentirse como una unidad cohesionada, con cada tambor y platillo tocando con los demás en perfecta armonía. En conjunto, la batería debe parecer un instrumento unificado, dinámico y expresivo, que potencie la diversidad entre los grooves llenos de matices y los potentes ritmos de batería a medida que hacen avanzar la canción.
Una última cosa a tener en cuenta: cuando estés ecualizando la batería, no te olvides de considerar el conjunto. No se trata sólo de que la batería suene bien por sí sola, sino también de que suene bien cuando se combina con el resto de la pista.
Así que, mientras afinas tus sonidos de batería, da un paso atrás y piensa en cómo encajan en el conjunto de la mezcla. ¿El bombo choca con el bajo? ¿Los platillos ahogan la voz?
Comprueba cómo interactúan entre sí las distintas partes de la mezcla y realiza los ajustes necesarios. De este modo, crearás una mezcla equilibrada y pulida que hará brillar la batería y permitirá que destaquen los demás elementos de la pista.
¡Diviértete mezclando tambores!