Escuchar música mientras se realizan las actividades cotidianas es una experiencia habitual y agradable. Tanto si vas al trabajo con tu lista de reproducción favorita, como si sales a correr por el parque con una canción llena de energía o preparas la cena con música de fondo, la música puede hacer que esos momentos sean más emocionantes.
Sin embargo, hay una diferencia entre escuchar música de fondo y escucharla de verdad. Participar activamente en la música puede hacer que la apreciemos y comprendamos mejor, sobre todo quien la hace.
Por desgracia, muchas personas, incluso las apasionadas por la música, no siempre saben escuchar activamente. Al fin y al cabo, la escucha activa no consiste sólo en oír la música, sino en sumergirse en ella y vivirla plenamente.
En este artículo exploraremos el arte de la escucha activa, por qué es importante para los amantes de la música y los distintos medios a través de los cuales se puede escuchar música hoy en día. Esperamos que esto te permita apreciar mejor y con más conocimiento esta forma de arte.
Cómo ser un oyente activo
En primer lugar, veamos algunas estrategias clave que te ayudarán a sumergirte de lleno en la experiencia auditiva.
Concéntrate en la estructura de la canción
Una de las mejores maneras de escuchar música activamente es comprender su estructura.
Si se presta atención a la estructura, se obtiene una especie de plano o vista de pájaro de la pieza.
Uno de los elementos clave que me gusta escuchar es la repetición. Muchas canciones se basan en la repetición de secciones, como estribillos y estrofas, para crear familiaridad. Un estribillo es lo que engancha al oyente. Incluso en la música clásica se oyen ciertos motivos repetidos.
A continuación, preste atención a las variaciones dentro de estas repeticiones, como ligeros cambios en la melodía o la instrumentación. Éstas son las pequeñas alteraciones que mantienen enganchados a los oyentes. De lo contrario, estaríamos escuchando música en bucle.
La melodía y la armonía también son componentes clave de la estructura de una canción.
La melodía es la secuencia principal de notas en torno a la cual gira la canción, mientras que la armonía proporciona los acordes de apoyo que sustentan o enriquecen la melodía. Te recomiendo que dediques tiempo a fijarte en cómo interactúan estos elementos y tomes notas para poder utilizar esas mismas características estructurales en tu música.
Explore los timbres y las texturas
Entender la música desde un punto de vista emocional también es clave. Al fin y al cabo, la música es arte, y el arte debe transmitir emociones. Mientras escuchas, hazte algunas preguntas: ¿Qué estado de ánimo transmite la música? ¿Evoca sentimientos de alegría, tristeza, emoción o tranquilidad? Estos sentimientos también pueden ser complejos.
Por ejemplo, si estuviera escuchando "A Change Is Gonna Come" de Sam Cooke, podría sentir nostalgia, esperanza o pensatividad. Por otro lado, si estuviera escuchando "Rise Above" de Black Flag, podría sentirme más enérgico, espástico o desafiante.
Al sintonizar con las emociones, se puede conectar más profundamente con la música y apreciar el arte que hay detrás.
Una vez que tengas una idea de la canción en su conjunto, empieza a sintonizar el timbre de los distintos instrumentos. El timbre se refiere a la cualidad o color único de un sonido que lo distingue de otros sonidos.
En una pieza de jazz, por ejemplo, el sonido cálido y meloso de un saxofón puede mezclarse con las notas suaves y sutiles de un piano, creando una textura rica y estratificada. Sin embargo, una canción de rock puede presentar la arenosa distorsión de las guitarras eléctricas combinada con la pegada de una batería en directo, lo que le da una textura más potente y enérgica.
A continuación, escucha cómo se equilibran estos elementos entre sí.
La misma instrumentación puede encontrarse en distintos géneros, aunque la forma en que están equilibrados dice mucho de la música.
Piense en el uso de la batería, el bajo y la guitarra tanto en una canción de rock como en una pieza de jazz. A menudo se utilizan los mismos instrumentos en ambos géneros, pero la forma en que están equilibrados altera drásticamente el sonido general.
En el rock, la batería suele ser potente y con garra, el bajo es fuerte y sólido, unido al bombo, y las guitarras suelen ser las estrellas del espectáculo, situadas en primera línea de la mezcla, ya sea en forma de riffs pesados o de solos.
Sin embargo, en una pieza de jazz, la batería suele mezclarse de forma más sutil y el batería puede utilizar escobillas en lugar de baquetas. El bajo puede ser una discreta línea de marcha, mientras que la guitarra puede asumir un papel más de apoyo, aportando acordes rítmicos y ocasionales líneas melódicas sin ninguna distorsión.
Instrumentos individuales
A partir de aquí, es buena idea poner la canción bajo el microscopio y centrarse en instrumentos concretos para ver cómo contribuyen a la pieza en su conjunto. Aquí tienes algunas preguntas que puedes hacerte:
- ¿Qué papel desempeña el instrumento en la canción? (por ejemplo, melodía, armonía, ritmo)
- ¿Cómo contribuye el tono del instrumento al ambiente de la canción?
- ¿El instrumento está en primer o segundo plano en la mezcla?
- ¿Cómo interactúa este instrumento con los demás en la canción?
- ¿Hay efectos perceptibles aplicados al instrumento (por ejemplo, reverberación, distorsión, retardo)?
- ¿Cambia la parte del instrumento a lo largo de la canción y, en caso afirmativo, cómo?
Cuando escuche un instrumento concreto, preste atención a determinadas características como el tono, la afinación, la dinámica y la articulación.
- El tono se refiere a la calidad del sonido, que puede ser brillante, oscuro, cálido, áspero, etc.
- El tono se refiere a lo alto o bajo que suenan las notas. Las partes de bajo suelen ser graves, mientras que los solos de guitarra suelen ser agudos.
- La dinámica se refiere a los niveles de volumen y a cómo cambian con el tiempo. Por ejemplo, un cantante puede cantar en voz baja durante las estrofas y desgañitarse en los estribillos.
- La articulación es la forma de tocar las notas, como staccato o legato.
Por ejemplo, si te centraras en el bajo de la pista anterior, oirías cómo las notas punzantes y sincopadas le dan ese toque funky, impulsando el ritmo general de la pista.
Sin embargo, si nos centráramos en el bajo de este tema de A Tribe Called Quest, oiríamos que es más relajado, ya que la batería lleva el ritmo principal.
Examine cómo progresa la canción
A estas alturas, ya deberías tener un conocimiento profundo de lo que ocurre en la pista que estás escuchando.
Ahora me gustaría que pensaras en su movimiento o progresión. Vuelve a tocar la canción y concéntrate en los cambios que se producen desde el principio hasta el final, tomando nota de los cambios sutiles y significativos que contribuyen a su impacto global.
Algunos de los cambios que hay que tener en cuenta son la dinámica, el tempo, la instrumentación y la tonalidad.
Por ejemplo, una canción puede empezar con una introducción de piano suave e íntima y llegar gradualmente a un estribillo potente y culminante con batería, sintetizadores y todo. Escucha cómo cambian los niveles de volumen, cómo se introducen o eliminan nuevos instrumentos y cómo se acelera o ralentiza el tempo en distintos momentos.
A medida que identifique estos cambios, intente averiguar cómo los consiguió el artista.
Por ejemplo, en la icónica interpretación de Whitney Houston de "I Will Always Love You", hay un cambio drástico de tonalidad hacia el final de la canción. Este cambio hace que la canción suba un peldaño (literalmente) y se convierta en un clímax emocional.
Bohemian Rhapsody" de Queen es otro gran ejemplo, ya que la canción progresa a través de una serie de secciones únicas con diferentes tempos, estilos y dinámicas. Desde el medio tiempo operístico hasta el segmento hard rockero, cada cambio añade algo especial a la narrativa de la canción.
Analizar la letra y su significado
Escuchar la letra de una canción y buscar el contexto externo puede mejorar mucho la comprensión y apreciación del tema.
Para empezar, busca la letra en sitios web como Genius, AZLyrics o MetroLyrics.
Genius es una de mis favoritas, ya que también encontrarás anotaciones e interpretaciones que pueden arrojar luz sobre los significados más profundos de la canción.
Cuando analices la letra de una canción, presta atención a elementos como las metáforas, las imágenes, la rima y los juegos de palabras. Las metáforas pueden revelar capas más profundas de significado, mientras que las imágenes vívidas pueden pintar un cuadro que evoque emociones o escenarios concretos. La rima y el juego de palabras pueden añadir sofisticación y arte a la letra. Los compositores expertos suelen utilizar muy bien los juegos de palabras.
También es importante considerar la canción en el contexto del clima social o el periodo histórico en que fue escrita.
Muchas canciones están estrechamente vinculadas a épocas concretas, y sus letras reflejan cuestiones culturales, políticas o personales de esa época.
Por ejemplo, "The Times They Are A-Changin'" de Bob Dylan se convirtió en un himno del movimiento por los derechos civiles y las protestas contra la guerra de los años sesenta. Ninguna otra canción captó el espíritu de cambio y agitación social como ésta.
Strange Fruit" de Billie Holiday es otro gran ejemplo. Esta poderosa canción tiene un contexto oscuro, ya que trata del linchamiento de afroamericanos a principios del siglo XX. La letra pone de relieve la brutal realidad de la violencia racial en aquella época.
Hazte con unos auriculares de calidad
Aunque no hay ninguna razón por la que no puedas disfrutar de la música en unos altavoces en casa o en el coche, te recomiendo que te hagas con unos auriculares profesionales si de verdad quieres adentrarte en el meollo de las canciones.
Cuando digo "auriculares profesionales", no me refiero a unos AirPods. Claro que suenan muy bien, pero no ofrecen una representación precisa de la música. En cambio, los auriculares de calidad de estudio te permiten escuchar todos los detalles, desde los instrumentos principales y las voces hasta los sutiles elementos de fondo, como el chirrido de las cuerdas de una guitarra acústica o el aire del estudio.
Cuando busques unos buenos auriculares para escuchar, ten en cuenta las siguientes características:
- Calidad de sonido: Busque auriculares con un perfil de sonido plano y neutro que represente fielmente la música sin colorear el sonido.
- Comodidad: Como la escucha activa suele implicar sesiones prolongadas, hazte con unos auriculares con almohadillas cómodas y una diadema que no te dé dolor de cabeza a los diez minutos.
- Calidad de construcción: Quieres que tus auriculares duren mucho, ¿verdad?
- Aislamiento: Un buen aislamiento o cancelación activa del ruido ayuda a bloquear los sonidos externos para que puedas concentrarte por completo en la música.
- Respuesta en frecuencia: Un amplio rango de respuesta en frecuencia permite escuchar con claridad tanto los extremos graves como agudos del espectro de frecuencias.
Algunas de mis recomendaciones favoritas para auriculares son:
- Sennheiser HD 650: Estos auriculares abiertos son unos de los más detallados y naturales que existen, por lo que se han hecho muy populares entre los audiófilos y productores musicales.
- Beyerdynamic DT 770 Pro: Estos auriculares cerrados proporcionan un sonido claro y espacioso, y su diseño es cómodo para largas sesiones de escucha.
- Sony WH-1000XM4: Si buscas unos auriculares inalámbricos, estos de Sony ofrecen una calidad de sonido de primera y una cancelación del ruido líder en el sector, perfecta para escuchar en entornos ruidosos.
En serio, invierte en unos auriculares de alta calidad y mejorarás notablemente tu forma de escuchar música.
Las mejores formas de escuchar música
En el mundo actual, las formas de escuchar música son casi infinitas.
Desde servicios de streaming como Spotify, Apple Music y YouTube Music, pasando por discos de vinilo, archivos digitales de alta resolución y actuaciones en directo, cada medio ofrece una experiencia única al oyente.
Sin embargo, cada medio tiene sus pros y sus contras, y conocerlos puede ayudarte a elegir la mejor forma de disfrutar de tus canciones favoritas.
Servicios de streaming de música
Los servicios de música en streaming han revolucionado nuestra forma de escuchar música al ofrecernos acceso a una enorme variedad de canciones al alcance de la mano.
Plataformas como Spotify, Apple Music y Amazon Music ofrecen bibliotecas aparentemente infinitas, que permiten explorar prácticamente cualquier género, artista o álbum. YouTube Music va un paso más allá, permitiéndonos ver vídeos musicales como acompañamiento.
Sin embargo, la calidad de sonido de muchos de estos servicios no siempre es la mejor. Esto se debe a que la mayoría de los servicios de streaming utilizan formatos de audio comprimidos para ahorrar ancho de banda, lo que puede provocar una pérdida de detalle y claridad en los archivos de música.
Si quieres audio de mayor calidad, te recomiendo que eches un vistazo a servicios de streaming como Tidal o Qobuz, ya que ofrecen opciones de streaming en formatos sin pérdidas y de alta resolución. Como resultado, escucharás las canciones de una forma más precisa.
Otro de los inconvenientes de utilizar un servicio de streaming es que muchos de ellos tienen anuncios si no se paga una suscripción premium, algo parecido a lo que se encuentra en las emisoras de radio. Estas interrupciones pueden entorpecer la experiencia de escucha de quien tenga una cuenta gratuita.
Aun con estos inconvenientes, no hay mejor forma de descubrir música nueva o compartirla que con un servicio de streaming. Puedes crear listas de reproducción personalizadas en función de tus gustos musicales y almacenar música en tu biblioteca privada para escucharla en cualquier momento.
Con algoritmos avanzados, estas plataformas pueden recomendarte música similar en función de tu historial de escuchas, ayudándote a encontrar nuevas canciones y artistas favoritos y a ampliar tus horizontes musicales. Tanto si te apetece algo conocido como si quieres explorar territorios musicales desconocidos, los servicios de música en streaming ofrecen una forma cómoda y versátil de escuchar música.
Casetes
Los casetes son sin duda el soporte de menor calidad para escuchar música.
El formato analógico tiene una fidelidad intrínsecamente inferior a la de los formatos digitales, y la cinta magnética utilizada en los casetes puede introducir ruido de fondo y una gama de frecuencias limitada. Además, los casetes se degradan con el tiempo. Cuanto más los reproduzcas o más tiempo los dejes en el coche, peor será su calidad.
La mayoría de los nuevos artistas tampoco editan su música en este formato, lo que significa que la música que te gusta escuchar puede no estar disponible en casete.
Sin embargo, un aspecto positivo de los casetes es su encanto nostálgico.
Para mucha gente, los casetes ofrecen una sensación de nostalgia que los formatos digitales no pueden reproducir. No hay nada como el acto físico de reproducir un casete. Es un ritual satisfactorio que tiene su propio sonido, un sonido que merece la pena explorar activamente por sí mismo.
CD
En términos de calidad de sonido, los CD ofrecen una mejora significativa con respecto a los casetes. Esto se debe a que el formato digital proporciona un audio claro y de alta fidelidad con un rango dinámico más amplio y una mayor durabilidad.
A diferencia de los casetes, los CD no se degradan con el tiempo (a menos que se rayen, claro).
Una de las principales ventajas de los CD es que la mayoría de los artistas siguen publicando su música en este formato, lo que significa que tendrás acceso a casi toda la música que se te ocurra. Algunos artistas incluso publican CDs con notas y letras, lo que te da una conexión tangible con la música.
Discos de vinilo
Por último, tenemos los discos de vinilo, que son un soporte fantástico tanto para escuchar como para coleccionar. La experiencia táctil de escuchar un disco no se parece a nada. Hay que prestar mucha atención, porque no es tan fácil pasar de una canción a otra.
Los discos de vinilo han resurgido con fuerza en los últimos años, y muchos artistas publican nuevos álbumes en vinilo. Incluso se han generalizado las reediciones de discos clásicos, lo que significa que la selección de vinilos es amplia.
La calidad del sonido de los discos de vinilo no puede ser mejor. El formato analógico capta matices de la música que los formatos digitales pueden pasar por alto. Disfrutarás de una experiencia sonora que muchos audiófilos consideran de primera categoría. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la calidad de las prensas de vinilo y el estado de los propios discos pueden afectar al sonido.
En el lado negativo, aunque coleccionar vinilos puede ser gratificante, también puede resultar caro. El precio de los discos puede variar mucho en función de su popularidad y rareza. Los nuevos lanzamientos y los clásicos atemporales suelen tener un precio elevado, sobre todo si se trata de ediciones limitadas o prensajes especiales. Además, los tocadiscos pueden ser un poco engorrosos. Necesitan una puesta a punto y un mantenimiento adecuados, como limpiezas periódicas y cambios de aguja.
Sin embargo, si quiere escuchar la música como se debe, no hay mejor manera de hacerlo.
Una nota final
Tanto si eres productor, ingeniero de mezclas, compositor o amante de la música en general, espero que este artículo te ofrezca una perspectiva diferente sobre cómo escuchar música activamente como un profesional. El proceso de escucha analítica puede parecer difícil al principio, pero cuanto más lo hagas, más fácil y agradable te resultará.