Aprender un nuevo instrumento: 9 consejos profesionales

Aprender un nuevo instrumento: 9 consejos profesionales Aprender un nuevo instrumento: 9 consejos profesionales

Cuando cogí la guitarra por primera vez, estaba muy emocionado, aunque, sinceramente, no sabía muy bien en qué me estaba metiendo. Tenía los dedos torpes y poco hábiles, carecía por completo de destreza y la idea de tocar como los guitarristas a los que admiraba me parecía muy lejana. Sin embargo, también había algo mágico en esos momentos iniciales, ya que un profesor de música me había prometido desde el principio lo que podría llegar a ser si seguía con ello. Quince años y muchas guitarras después, he hecho carrera tocando.

Puede que tu objetivo no sea hacer carrera aprendiendo un nuevo instrumento. De hecho, es posible que solo quieras ser capaz de tocar unos acordes al piano en casa cada vez que te entren ganas de hacer algo creativo, ¡y eso es genial!

Aprender a tocar un instrumento nuevo es una experiencia muy gratificante que te desafía y te cambia. No hay nada como dominar una canción que te gusta y ver que la práctica diaria da sus frutos. El proceso enseña paciencia, persistencia y creatividad. No siempre es fácil, pero la recompensa es innegable.

En este artículo, quiero compartir algunas ideas que he ido recopilando a lo largo de mis muchos años de trayectoria musical, incluidos algunos consejos que pueden ayudarte a empezar, algunos escollos comunes que debes evitar y algunas formas de seguir creciendo, incluso cuando sientas que has llegado a un punto muerto.

Consejo nº 1: Elija el instrumento adecuado

Elegir un instrumento es como encontrar el par de zapatos perfecto. Tiene que adaptarse a tus objetivos, a tu estilo y, literalmente, a tus manos. Antes de lanzarte, piensa qué quieres conseguir tocando. ¿Sueñas con tocar en un grupo? Quizá buscas una salida creativa después del trabajo o quieres relajarte tocando en casa. Tus objetivos pueden determinar qué instrumento te conviene más.

Luego está el lado práctico de las cosas.

Algunos instrumentos son más exigentes físicamente que otros. Una guitarra, eléctrica o acústica, requiere mucha fuerza y estiramiento de los dedos, mientras que un clarinete puede requerir tiempo para desarrollar la capacidad pulmonar. El tamaño y el peso del instrumento también son importantes. Si eres bajito, un voluminoso contrabajo puede resultar difícil de manejar, mientras que un ukelele puede ser perfecto.

elegir el instrumento adecuado

No olvides tener en cuenta los costes. Los precios de los distintos instrumentos varían mucho, y a menudo necesitarás extras como estuches, afinadores o lengüetas. Aunque los instrumentos más raros, como el fagot, pueden tener un encanto único, también pueden ser más difíciles de encontrar y mantener que otras opciones más comunes, como un teclado o una batería.

¿Aún no está seguro? Pruebe antes de comprar

Pide prestado, alquila o visita una tienda de música para probar algunas opciones. A veces, tener un instrumento en las manos es la mejor forma de saber si encaja.

Consejo nº 2: Establezca expectativas realistas

Cuando aprendes a tocar un instrumento nuevo, puede parecerte que estás aprendiendo a andar de nuevo. Lo cierto es que los avances suelen producirse a pequeños pasos, más que a saltos gigantescos. Adoptar la mentalidad adecuada desde el principio puede marcar la diferencia. En lugar de esperar la perfección desde el principio, céntrate en el proceso. Cada nota incorrecta, cada transición torpe forma parte de la curva de aprendizaje.

Una forma de mantener la motivación es fijarse objetivos a corto y largo plazo.

Un objetivo a corto plazo puede ser tocar una escala mayor sin vacilar, mientras que un objetivo a largo plazo puede ser aprender a improvisar mientras tocas con un grupo de personas. La clave está en dividir las cosas en partes manejables, para que el viaje no resulte abrumador.

Además, prepárate para algunos retos.

Cuando aprendí a tocar la guitarra acústica, por ejemplo, me salieron muchos callos por tener que trastear las cuerdas. También me dolía tocar acordes de barra. Para tocar el piano, puede resultar incómodo estirar los dedos, o si estás aprendiendo a tocar la trompeta, puede que se te agrieten los labios. La buena noticia es que todos estos obstáculos se alivian con práctica y paciencia.

Y ya que estás, recuerda: No esperes a los grandes hitos para darte una palmadita en la espalda. Celebra las pequeñas victorias del camino.

Consejo nº 3: crear una rutina de entrenamiento sólida

Para llegar a ser bueno en un instrumento musical se necesita memoria muscular, y cualquiera que haga ejercicio o practique algún deporte sabe que la mejor manera de desarrollar los músculos es con constancia.

Es mucho mejor practicar un poco cada día que meterse en una sesión maratoniana una vez a la semana. Practicar a diario no sólo ayuda a desarrollar la memoria muscular más rápidamente, sino que también te mantiene motivado, ya que conviertes la música en una parte habitual de tu rutina.

Me gusta estructurar mis sesiones de práctica de algo más de media hora de la siguiente manera:

  1. Calentamiento (5 minutos): Empieza con ejercicios que pongan en movimiento los dedos, la respiración o la embocadura. Las escalas son un calentamiento clásico por una razón, ya que calientan los músculos y preparan el terreno para un trabajo más exigente. También puedes probar con arpegios o ejercicios sencillos si las escalas te resultan repetitivas.
  2. Aprendizaje focalizado (20 minutos): Aquí es donde se produce la magia. Dedica este tiempo a una pieza o técnica que quieras mejorar. Si es necesario, divídela en secciones más pequeñas y aborda primero las partes más difíciles.
  3. Tiempo de diversión (10 minutos): Recompénsate tocando algo que te guste. Puede ser una canción favorita, una improvisación o simplemente experimentar con los sonidos que puede hacer tu instrumento. Esta parte mantiene viva tu pasión por la música y te recuerda por qué empezaste.

También es importante variar para no agotarte. Por ejemplo, si una prenda empieza a resultarte frustrante, cambia a otra o prueba un estilo diferente durante un día.

También te recomiendo que lleves un diario de práctica en el que anotes lo que has trabajado cada día, para que siempre tengas constancia de lo que has avanzado. Esto puede ser un poderoso recordatorio en los días en los que el progreso parece lento.

Consejo nº 4: Aprenda primero lo básico

Cuando estás empezando, es tentador saltarse los conceptos básicos y lanzarse directamente a intentar tocar tus canciones favoritas. Pero lo cierto es que una base sólida es lo que te prepara para el éxito.

Las escalas, la postura y el ritmo se convertirán en los pilares de todo lo que toques.

Es difícil profundizar demasiado en este tema, ya que cada instrumento tiene sus propios requisitos específicos sobre cómo debes sujetarlo o tocarlo. Sólo tienes que saber que hacerlo bien desde el principio facilita todo lo demás.

Saber curvar los dedos en el piano o inclinar el arco en el violín puede hacer que tocar resulte más cómodo y controlado. Lo último que quieres es desarrollar malos hábitos desde el principio, ya que son mucho más difíciles de romper cuando ya están arraigados.

A partir de ahí, trabaja con ejercicios básicos. Las escalas y los arpegios son excelentes para entrenar los dedos y los músculos a moverse con fluidez. Si estás aprendiendo a tocar instrumentos de percusión, prueba con rudimentos básicos para sentar las bases de una interpretación más compleja.

La moraleja es que hay que concentrarse en cada elemento, aunque al principio resulte tedioso. Ser preciso en cada acción te ahorrará tiempo y frustraciones más adelante.

Consejo nº 5: Encontrar los recursos adecuados

Por suerte, aprender un nuevo instrumento es más fácil que nunca, gracias a que hay una amplia gama de recursos a tu alcance. Puedes adoptar el enfoque tradicional con clases individuales o explorar el vasto cosmos de recursos en línea.

Los profesores particulares o las escuelas de música son ideales para quienes desean una orientación personalizada y responsabilidad. Un buen profesor puede corregir errores en tiempo real y adaptar las clases a tus progresos. Si te gusta la estructura y el feedback, este método puede ser tu mejor opción.

Por otro lado, los tutoriales de YouTube y los cursos en línea te permiten aprender a tu propio ritmo y, a menudo, a un coste menor. Aunque la flexibilidad es fantástica, hay que asegurarse de que las fuentes elegidas son fiables.

Nota al margen: Pickup Music es una de mis plataformas de aprendizaje favoritas para guitarristas, y te recomiendo encarecidamente que le eches un vistazo:

Cualquiera con conexión a Internet puede subir un vídeo, aunque eso no significa que sea un experto.

Y con esto, un consejo: no todos los recursos son iguales.

Antes de comprometerte con un libro, una aplicación o un profesor, investiga un poco. Busca reseñas, recomendaciones o lecciones de muestra para asegurarte de que estás invirtiendo bien tu tiempo. El sistema de apoyo adecuado te ayudará a mantenerte en el buen camino y hará que tu experiencia de aprendizaje sea eficaz y agradable.

Consejo nº 6: Buscar formas de superar los estancamientos

En algún momento, todas las personas que tocan un instrumento musical llegan a un punto muerto.

Has estado practicando, pero parece que los progresos se han estancado. Aparece el aburrimiento, aumenta la frustración y empiezas a preguntarte si estás mejorando. La verdad es que estos estancamientos forman parte natural del aprendizaje. En lugar de verlas como una señal de que estás fracasando, piensa en ellas como una señal de que necesitas plantearte nuevos retos.

Una de las mejores formas de abrirse camino es cambiar la rutina. Si llevas semanas tocando las mismas piezas, prueba algo completamente distinto. Intenta tocar un género nuevo o probar una técnica diferente.

La retroalimentación es otra herramienta poderosa.

Puedes plantearte acudir a un profesor, a un compañero o incluso a alguien de una comunidad en línea específica de tu instrumento musical que pueda ofrecerte una nueva perspectiva. Podrían darte cuenta de cosas que has pasado por alto o sugerirte técnicas que no habías considerado.

Tampoco tengas miedo de experimentar. Si sueles ceñirte a la música clásica, por ejemplo, prueba con un tema pop o un estándar de jazz. Aprender un estilo diferente puede poner a prueba tus habilidades y recordarte el placer de explorar la música.

También te recomiendo que te grabes cuando toques. Cuando vuelvas a escucharte, notarás mejoras sutiles que quizá no sean evidentes durante la práctica. También es una buena forma de identificar las áreas que necesitas trabajar.

Consejo nº 7: Juegue con los demás

Muchas personas que aprenden a tocar un nuevo instrumento lo consideran un viaje personal. Sin embargo, a menudo olvidamos lo inspirador y motivador que puede ser tocar con otros. Además, la colaboración te reta a mejorar de un modo que la práctica en solitario no puede. Afina el ritmo, profundiza en la comprensión de la dinámica y enseña a adaptarse a lo inesperado.

Hay muchas maneras de hacerlo.

Puedes buscar oportunidades para unirte a una banda u orquesta, o simplemente tocar con un amigo. No sólo ganarás confianza en ti mismo, sino que es una forma estupenda de aprender nuevas técnicas de los demás.

Para los que no pueden reunirse en persona, las colaboraciones virtuales son una opción fantástica. Aplicaciones como Acapella o Bandlab te permiten grabar y mezclar partes con músicos de cualquier parte del mundo. Es una forma estupenda de experimentar con nuevos sonidos, estilos o arreglos, todo desde la comodidad de tu propio espacio.

También hay que tener en cuenta que la clave de una buena colaboración en la música es escuchar. Escuchar de verdad. Presta atención a los otros músicos, a su ritmo y dinámica, y a cómo encajan vuestras partes. Pronto te darás cuenta de que tocar con otros es uno de los aspectos más gratificantes de la música.

Consejo nº 8: Manténgase motivado

Aprender a tocar un instrumento es una maratón, no un sprint. Habrá días en los que te sientas muy motivado por los progresos y otros en los que te sientas demasiado frustrado para seguir tocando. Mantener la motivación se reduce a encontrar la alegría en el proceso y volver a conectar con lo que te hizo querer tocar en primer lugar.

Una de las formas más fáciles de mantener viva la chispa es incluir música que te guste en tu práctica. Tocar algo que te resulte familiar y agradable es una de las mejores formas de darte algo que te haga ilusión en tus sesiones de práctica.

Aunque la frustración es inevitable, no tiene por qué desbaratarte. Cuando te sientas abrumado, da un paso atrás. Un breve descanso, un paseo o volver a tocar una pieza que ya domines pueden ayudarte a recuperar la calma. A veces, tocar algo sencillo y satisfactorio te recuerda lo lejos que has llegado.

Para mantener la emoción, fíjate nuevos objetivos a medida que avances. Tal vez intentes actuar en un micro abierto o incluso componer tu propia música. Los nuevos hitos pueden darte algo a lo que aspirar.

Consejo nº 9: Acepte el viaje

Y, por último, mi último consejo es que aceptes el viaje. No importa cuánto tiempo lleves tocando, siempre hay algo nuevo que descubrir. Lo bonito de la música es que nunca deja de evolucionar, y tú tampoco. Cada cosa nueva que aprendes es una oportunidad para crecer como músico y como persona.

Incluso después de años de tocar y practicar, puedo afirmar con seguridad que la emoción de aprender algo nuevo nunca se desvanece. Y aunque suene un poco hippy, la verdad es que el propio viaje es la recompensa, incluso más allá de la música.

Aprender a tocar un instrumento musical puede reforzar tu disciplina y enseñarte a perseverar en algo aunque sea difícil. También puede ayudarte a ser más creativo y a apreciar más la música.

Comience hoy mismo su viaje de aprendizaje

Y ahí lo tienes, mis consejos esenciales para aprender un instrumento musical.

Aprender a tocar un nuevo instrumento musical es una de las aventuras más gratificantes que se pueden emprender.

Empieza por elegir el instrumento adecuado y fijarte expectativas realistas, para poder crear hábitos de práctica sólidos y colaborar con los demás. Aunque seguro que te encontrarás con dificultades por el camino, tener un poco de paciencia, creatividad e ingenio puede ayudarte a superarlas y salir fortalecido.

Ahora es el momento perfecto para dar el primer paso. Tanto si es la primera vez que coges un instrumento como si quieres ampliar tus conocimientos con uno nuevo, la clave está en empezar. Los retos a los que te enfrentes harán que la música que crees tenga mucho más sentido.

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