Medidor Simple vs. Compuesto: Guía para principiantes

Medidor Simple vs. Compuesto: Guía para principiantes Medidor Simple vs. Compuesto: Guía para principiantes

Para muchos, la teoría musical puede resultar desalentadora. Sin embargo, la métrica es uno de esos conceptos fundamentales que no se pueden pasar por alto. Es como el elemento fundamental que da sabor a una pieza y determina cómo se organizan los tiempos y cómo se mueve el ritmo. Y aunque hay un montón de compases diferentes, dos de los más utilizados son el compás simple y el compuesto.

Entonces, ¿por qué debería importarle la diferencia entre contadores simples y compuestos?

Pues bien, saber cuál es cuál puede ayudarte a crear distintos grooves en tu música. Además, te proporciona más herramientas a la hora de hacer arreglos.

En esta guía le explicaremos qué son los contadores simples y compuestos, en qué se diferencian y cómo puede utilizarlos en su beneficio.

Entender el compás musical

Bien, empecemos por lo básico.

¿Qué es exactamente un compás en música? El compás es el plano del ritmo. Es el patrón subyacente que organiza los tiempos en una pieza musical, de forma parecida a como una cuadrícula organiza las calles de una ciudad. Sin compás, el ritmo sería un caos.

En la práctica, la métrica nos indica cómo contar los tiempos de cada compás. Cuando aplaudes una canción, por ejemplo, puedes notar que algunos tiempos suenan más fuertes o más acentuados que otros. Es la métrica. Divide los tiempos en patrones regulares, dando a la música una sensación de movimiento y ayudando a los oyentes e intérpretes a saber en qué parte de la canción se encuentran.

Los componentes del compás musical

Si desglosamos aún más las cosas y nos fijamos en los ingredientes clave del contador, tenemos:

  • Latidos
  • Medidas (o barras)
  • Compases

Los tiempos son las unidades básicas de la música. Como el tic-tac de un reloj, deben ser coherentes y estar espaciados uniformemente. Lo importante es tener en cuenta que los tiempos pueden ser fuertes o débiles, y es esta mezcla la que da a una pieza su ritmo y su sensación. Los tiempos fuertes son los más marcados, como el "1" de una cuenta "1-2-3-4". Los tiempos débiles, en cambio, son más suaves y rellenan los huecos entre los tiempos fuertes.

A partir de ahí, tenemos los compases (o barras, si lo prefieres), que son como los recipientes que contienen un número determinado de tiempos. Con ellos agrupamos los tiempos para que sean más fáciles de seguir e interpretar. El número de tiempos que contiene un compás depende del tipo de compás.

Hablando de eso, los compases son las notaciones que verás al principio de una pieza musical y que se parecen a una fracción (por ejemplo, 4/4 o 3/4). Indican dos cosas: el número superior indica cuántos tiempos hay en cada compás, y el inferior, qué tipo de nota marca el tiempo.

Por ejemplo, en 4/4 tenemos cuatro tiempos por compás, con un tiempo en cada negra. En 3/4, sin embargo, tenemos tres tiempos por compás, y un tiempo en cada negra.

¿Qué es el contador simple?

Una vez aprendidas las nociones básicas de métrica y compás, podemos definir mejor la métrica simple y la compuesta.

A pesar de su nombre, la métrica "simple" puede ser muy poderosa en música. Se produce cuando cada tiempo puede dividirse claramente en dos partes iguales. Esto es lo que confiere a la métrica simple su carácter directo, casi de marcha.

Para definir mejor el metro simple, imagina que cuentas en voz alta: "uno-y, dos-y". ¿Te das cuenta de que cada tiempo ("uno" y "dos") se divide fácilmente en dos partes? Esa es la esencia de un compás simple. Tienes los tiempos fuertes (los números) y los tiempos débiles intermedios (las "y"), y este patrón se repite una y otra vez.

Veamos ahora algunos de los contadores simples más comunes:

  • Compás 2/4: Este sencillo compás doble tiene dos tiempos por compás, cada uno de los cuales es una negra. Piénsalo como una marcha: "uno-y, dos-y". Tienes un tiempo fuerte en "uno" y un tiempo ligeramente más débil en "dos". Este compás es ideal para música con un ritmo directo, como una marcha militar o algunas melodías folclóricas.
  • Compás 3/4: Aquí tenemos tres tiempos por compás, siempre con negras, lo que se conoce como compás triple simple. Es el clásico compás de vals, con un "uno" fuerte seguido de dos tiempos más ligeros: "uno-y, dos-y, tres-y". Es perfecto para ese ritmo cadencioso.
  • Compás 4/4: A menudo llamado "tiempo común" porque es el compás más utilizado en la música occidental. Tiene cuatro tiempos por compás, siendo cada tiempo de nuevo una negra. La cuenta de este sencillo compás cuádruple es "uno-y, dos-y, tres-y, cuatro-y", con el "uno" y el "tres" más fuertes que el "dos" y el "cuatro". Encontrarás este compás en todas partes, desde el pop y el rock hasta la música clásica y el jazz.

Canciones de métrica sencilla

Veamos algunas canciones de distintos géneros que hacen un gran uso de la métrica simple para que te hagas una idea más clara de lo versátil que puede llegar a ser:

"Twist and Shout" - The Beatles (Rock, compás 4/4)

Este tema de los Beatles es un ejemplo perfecto del compás cuádruple simple de 4/4 en acción. Tiene un ritmo que mantiene la energía alta, con un conteo constante de "uno y, dos y, tres y, cuatro y".

"Take Me Home, Country Roads" - John Denver (Folk/Country, compás 4/4)

Un poco diferente del ritmo de conducción, esta querida melodía folk utiliza un relajado compás de 4/4 para crear un ritmo cálido y constante.

"Vals del Danubio Azul" - Johann Strauss II (Clásica, compás 3/4)

He aquí una pieza que ilustra a la perfección esa cadenciosa sensación de 3/4 y triple métrica simple. El ritmo "uno-y, dos-y, tres-y" es lo que nos da el icónico vals.

¿Qué es el contador compuesto?

Cambiemos de tema y hablemos del compás compuesto. Lo que diferencia a la métrica compuesta es cómo se divide cada tiempo. En lugar de dividir el tiempo en dos partes iguales, como en la métrica simple, la métrica compuesta divide cada tiempo en tres partes iguales.

En el compás compuesto, el ritmo tiene un balanceo natural, casi como un vals con esteroides. Si lo cuentas, es más como "uno-y-a, dos-y-a". Cada tiempo se divide en tres notas más pequeñas, lo que crea un ritmo que parece un poco más flotante y fluido que el de la métrica simple.

Estos son algunos de los compases compuestos más comunes:

  • Compás 6/8: Es uno de los compases compuestos más populares. Es lo que llamamos un compás duplo compuesto con seis corcheas por compás, pero en lugar de pensar en él como seis tiempos individuales, los agrupamos en dos tiempos más grandes. Así, se cuenta como "uno-y-a, dos-y-a". Es ideal para crear una sensación de swing y giga.
  • Compás de 9/8: Aquí tienes nueve corcheas en un compás, agrupadas en tres tiempos (también conocido como compás triple compuesto). La cuenta es "uno-y-a, dos-y-a, tres-y-a". Es ideal para la música clásica y el jazz, sobre todo cuando una pieza necesita impulso.
  • Compás 12/8: Con doce corcheas por compás, divididas en cuatro grupos de tres, este compás cuádruple compuesto da una sensación constante pero ondulante, contada como "uno-y-uno, dos-y-uno, tres-y-uno, cuatro-y-uno". Es uno de los favoritos en el blues y las baladas lentas de rock.

Canciones que utilizan el compás compuesto

Para que te hagas una idea de cómo funciona la métrica compuesta en la música real, veamos algunas canciones que utilizan este tipo de métrica.

"House of the Rising Sun" - The Animals (6/8 Meter)

Es difícil pensar en una canción de rock clásico mejor como ejemplo del compás duplo compuesto de 6/8 en acción.

"River Man" - Nick Drake (9/8 Metros)

Nick Drake es uno de mis absolutos favoritos, y a menudo utiliza la métrica compuesta en sus canciones. He aquí un bello ejemplo de triple métrica compuesta de 9/8 en un contexto folk.

Astronomy Domine - Pink Floyd (12/8 Metros)

Muchas canciones de blues y power ballad utilizan el compás cuádruple compuesto de 12/8, y esta joya de Pink Floyd es un gran ejemplo de cómo puede apoyar la construcción dramática de una canción.

Reflexiones finales - Medidor simple y compuesto en acción

Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre los compases simples y compuestos. Tanto el compás simple como el compuesto aportan un carácter único a una pieza musical y, con un rápido cambio de número, puedes remodelar el ritmo, el estado de ánimo y el ambiente general de una canción.

Si quieres poner en práctica estos conocimientos, te recomiendo que experimentes con diferentes métricas al tocar, componer o producir. Prueba a cambiar las cosas en tu próxima jam session o tema. Prueba a tocar un vals en 3/4 o a ver qué tal te sienta un compás de 6/8. Cuanto más explores, mejor te irá. Cuanto más explores, mejor oirás y sentirás estos patrones de forma natural.

La teoría musical no tiene por qué ser árida y aburrida. Con las nociones básicas de métrica en tu haber, te garantizo que podrás escribir de forma más expresiva. ¡Que disfrutes tocando!

Da vida a tus canciones con una masterización de calidad profesional, ¡en cuestión de segundos!