Si estás involucrado en algún tipo de proceso de creación musical, habrás trabajado con tempo y BPM aunque no seas consciente de ello.
Por ejemplo, los productores de música electrónica suelen darse cuenta de la importancia del BPM en cuanto hacen sus primeros beats, ya que puede cambiar radicalmente el ambiente de una pista. Del mismo modo, los músicos clásicos deben ser capaces de entender el estado de ánimo y el tempo de una composición simplemente leyendo las marcas de tempo en una partitura.
A pesar de estar estrechamente relacionados, el tempo y el BPM no son lo mismo, y entender la diferencia entre estos dos elementos musicales fundamentales te abrirá un montón de oportunidades en tu carrera creativa.
En este artículo, analizaremos las diferencias entre tempo y BPM, y definiremos todos los elementos relacionados con la velocidad de una composición. ¡Entremos en materia!
Definiciones
Empecemos con las definiciones de estos dos elementos musicales, para centrarnos después en las diferencias entre ellos.
Tempo
En pocas palabras, el tempo es la rapidez o lentitud con que se toca la música. Puede medirse en BPM (pulsaciones por minuto) o describirse con palabras italianas, que es lo habitual en la música clásica.
Es importante entender que estas palabras, llamadas marcas de tempo, no sólo definen la velocidad, sino también la sensación y el estado de ánimo de la música interpretada. Un tempo más rápido suele asociarse a atmósferas más alegres, mientras que los tempos más lentos tienden a ser más reflexivos o sombríos.
Para los músicos que leen partituras, comprender el tempo es, cuando menos, fundamental; las marcas de tempo ofrecen al músico toda una gama de posibilidades expresivas para crear tensión y liberación en la música.
A continuación encontrarás una lista de marcas de tempo comunes y sus BPM correspondientes. Si quieres saber más sobre la importancia del tempo en la lectura a primera vista, consulta mi reciente artículo.
- Larghissimo: 20 BPM e inferior
- Grave: 20-40 BPM
- Lento (o Largo): 40-60 BPM
- Larghetto: 60-66 BPM (el latido del corazón humano)
- Adagio: 66-76 BPM
- Adagietto: 70-80 BPM
- Andante Moderato: 69-72 BPM
- Andantino: 66-83 BPM
- Andante: 76-108 BPM (también llamado ritmo de paseo)
- Moderato: 108-120 BPM
- Allegretto: 98-109 BPM
- Allegro Moderato: 112-124 BPM
- Allegro: 120-168 BPM
- Vivace: 126-144 BPM
- Vivacissimo: 140-150 BPM
- Allegrissimo: 150-167 BPM
- Presto: 168-200 BPM
- Prestissimo: Más de 200 BPM
BPM

BPM (pulsaciones por minuto) es una medida numérica inequívoca que cuantifica el tempo e indica cuántas pulsaciones se producen en un minuto. Por ejemplo, un tempo de 60 BPM significa un latido cada segundo, 120 BPM dos latidos cada segundo, y así sucesivamente.
Las BPM son cruciales en la música electrónica y de baile, pero también en el estudio de grabación, donde mantener la sincronía es fundamental. Un batería debe seguir una pista de clic con un BPM específico para proporcionar una base sólida sobre la que puedan tocar los demás.
El metrónomo, una herramienta utilizada desde el siglo XIX, proporciona mediciones precisas de las BPM. Beethoven fue uno de los primeros compositores en añadir marcas de metrónomo a sus composiciones, y aunque el metrónomo mecánico fue criticado por muchos compositores de la época por no ser capaz de comunicar el pulso o el ritmo de la música, desde entonces ha sido un componente crucial de la composición musical moderna.
¿Es lo mismo tempo que BPM?
Tempo y BPM no son lo mismo. Las BPM indican cuántos compases hay en un minuto de canción, mientras que el tempo se refiere tanto a la velocidad como a la sensación de la música.
Dos canciones a la misma velocidad pueden parecer muy diferentes debido a cómo se toca el tempo en cada una de ellas. Un metrónomo ajustado a 120 BPM muestra una velocidad concreta, pero la forma que tiene un músico de tocar "Allegro" a los mismos BPM puede darle una sensación más ligera o enérgica que los números no pueden expresar. Y esto puede ocurrir en todos los géneros, desde el jazz al metal, pasando por el funk o la música disco.
Ahora te estarás preguntando: "¿qué define los diferentes estados de ánimo de dos canciones con el mismo BPM, pero con un tempo diferente?".
Pues bien, para responder a esta pregunta, tendremos que definir más elementos de la música y añadirlos a nuestros conocimientos musicales.
Términos musicales relacionados con el tempo y las BPM
Firma de tiempo

El compás es una representación escrita de un patrón de tiempos fuertes y débiles. Por ejemplo, el compás común en la música moderna es 4/4, lo que significa que hay cuatro negras en cada compás y que una negra tiene un tiempo.
Contador
A menudo se confunde con el compás. En realidad, el compás es la forma en que se sienten los tiempos y se organizan en compases, en función del compás. Por ejemplo, un compás de 3/4 da un efecto de vals, mientras que 6/8 crea una sensación más "ondulante".
Ritmo
El ritmo es la forma en que la música fluye y se mueve. Nos dice cuánto duran las notas y su valor dentro del compás. El ritmo es lo que añade emoción a la música.
Vence a
El ritmo es lo que sientes cuando asientes con la cabeza al ritmo de una canción. Un ritmo consistente da sensación de fluidez y conecta al oyente con la música.
Pulso
Casi intercambiable con el compás, el pulso es una partición uniforme del tiempo que los oyentes perciben y naturalmente quieren seguir. La diferencia es que el pulso es más una sensación personal del oyente, mientras que el ritmo es el tempo específico en el que el compositor sintió la canción.
Síncopa

La síncopa se produce cuando los ritmos resaltan los tiempos fuera de compás o los tiempos más débiles, creando variaciones que hacen la música más interesante. En términos más sencillos, cuando se realza un tiempo que normalmente se considera débil, se rompe el ritmo habitual que espera la mente del oyente, lo que a menudo puede hacer que la línea melódica destaque aún más.
Convertir estas nociones en música
Sé que es mucho para asimilar si nunca has oído hablar o estudiado estos elementos de la música. Para que resulte más intuitivo, vamos a ver cómo poner en práctica estas nociones a la hora de componer, teniendo en cuenta que cada género conlleva un flujo de trabajo diferente y que no hay reglas de oro.
Si vas a hacer un tema electrónico, ya sea techno o dance, deberías empezar por elegir los BPM. Aquí tienes algunos BPM habituales para los géneros EDM más populares:
Dub: 60 - 90 BPM
House: 115 - 130 BPM
Techno/trance: 120 - 140 BPM
Dubstep: 135 - 145 BPM
Drum and bass: 160 - 180 BPM
Una vez elegida la velocidad de la pista, piensa en el ritmo y el pulso que la harán emocionante, como añadir hi-hats sincopados o palmadas fuera de compás para crear más movimiento.
Los ritmos inesperados harán que tu pieza sea más atractiva e hipnótica; además, la harán destacar. Si te sientes creativo, puedes pasar del 4/4 habitual a compases menos convencionales, como 3/4 o 5/4. Después, todo dependerá de tu creatividad y tu gusto.
La música rock suele tener un ritmo y un pulso potentes, a menudo con un compás de 4/4 y un potente contratiempo. Puedes utilizar los elementos mencionados para hacer las cosas más interesantes; por ejemplo, puedes usar la síncopa para resaltar el ritmo en los riffs de guitarra o los rellenos de batería. O incluso cambiar el tempo, como ralentizarlo durante un puente, para crear un viaje sonoro más envolvente.
Además, en lugar de mantener el mismo compás durante toda la canción, puedes cambiarlo para sorprender al oyente. Las opciones son infinitas.
En la música clásica, una marca de tempo define la velocidad y la atmósfera de una composición, pero los compositores de todos los siglos han encontrado formas de personalizar el tempo de maneras únicas.
Por ejemplo, una pieza de Adagio puede parecer lenta y reflexiva hasta que le añades una síncopa que crea un nuevo nivel de tensión y emoción. Si estás creando una pieza clásica, asegúrate de explorar formas de hacerla más articulada y atractiva, lo que llevará a tus oyentes a un viaje inolvidable.
En el jazz, la relación entre ritmo y pulso es lo que hace avanzar la pieza. Al grabar o tocar en directo, los músicos de jazz "balancean" el ritmo cambiando ligeramente la sincronización de las notas dentro del compás para crear un ambiente jazzístico único.
Escuche cualquiera de los álbumes de Miles Davis para comprender cómo los pequeños cambios en el pulso y la síncopa pueden realmente dar vida a la música, mostrando la increíble capacidad de improvisación de los músicos sin dejar de mantener la cohesión.
No se trata en absoluto de reglas. La belleza de la música reside en las infinitas posibilidades que ofrece a los músicos. Considere las sugerencias anteriores simplemente como directrices para empezar a explorar el poder del tempo y el BPM en la composición musical.
Reflexiones finales
Espero que esta guía te ayude a hacer música más atractiva y emocionante.
El BPM, el tempo y todos los demás elementos analizados en este artículo son componentes cruciales de toda composición. Aunque es fácil darlos por sentados, pueden ampliar enormemente tu paleta sónica si decides explorar a fondo su potencial creativo.
Pueden ayudarte a salir de tu zona de confort, alejándote del mismo ritmo que habías estado utilizando en tus temas anteriores para explorar algo nuevo y más emocionante.
Buena suerte y siga siendo creativo.