Si quieres tener una carrera duradera en el mundo de la música, es esencial que conozcas bien los tipos de acuerdos comerciales disponibles. Esto puede significar adentrarse en el confuso mundo de los derechos, los royalties, los contratos y, en ocasiones, la jerga legal que los acompaña. Afortunadamente, estamos aquí para desmitificar un aspecto escurridizo de la industria musical: el acuerdo editorial.
A continuación te explicamos qué puedes esperar exactamente de un contrato de edición musical: qué es, qué ventajas e inconvenientes tiene, qué debes buscar en el contrato y otros consejos para desenvolverte en la industria como compositor y músico.
¿Qué es la edición musical?
Antes de empezar a hablar de los distintos acuerdos, analicemos a qué se refiere la edición musical: la composición de una canción. Esto puede incluir la melodía, la letra y el arreglo general de una canción. Esto contrasta con los derechos de autor de las grabaciones maestras o los derechos maestros de una canción, que se refieren a las partes o al titular de los derechos de la grabación sonora original de un tema.
Los derechos de autor se pagan por separado a los titulares de las grabaciones maestras y a los editores musicales. De hecho, te darás cuenta de que en tu PRO (Organización de Derechos de Ejecución, puedes obtener más información aquí), sólo puedes atribuir el 50% de los derechos de ejecución tanto a los editores como a los titulares de los derechos de grabación: a ambos se les deben derechos por separado.
Cuando hablamos de edición, nos referimos estrictamente a quienes están detrás de la composición de un tema, que normalmente se reducen a letristas, compositores y productores musicales.
Introducción a los contratos de edición musical
Ahora que ya sabemos qué es la edición musical, vamos a intentar entender qué es un contrato de edición.
Básicamente, un acuerdo de edición es un contrato entre un editor y un compositor. El compositor cede al editor una parte o la totalidad de los derechos de autor de su composición a cambio de que el editor preste una serie de servicios.
Algunos de los servicios que una editorial o un particular pueden prestar en nombre del compositor son el cobro de derechos, la promoción, la negociación de tarifas, la concesión de licencias y la organización de sesiones de composición con otros músicos.
Por ejemplo, las grandes discográficas y editoriales musicales como Sony Music o Universal Music pueden contratar a un compositor de talento especial, estableciendo parámetros como la producción de un determinado número de canciones o la generación de suficientes derechos para recuperar un anticipo acordado.
Los contratos de edición musical equivalen más o menos a conseguir un contrato discográfico, pero como compositor y no como artista.
Es importante entender que, tradicionalmente, los compositores no obtienen ningún porcentaje o "punto" sobre los derechos de una grabación original. Por esta razón, los compositores suelen tener que contar con un amplio y exitoso catálogo para obtener un beneficio significativo al margen de un anticipo de un acuerdo de publicación.
¿Cómo funcionan los acuerdos de edición musical?
El funcionamiento de los contratos de edición musical varía en función de los detalles, pero en esencia, un contrato de edición es un acuerdo entre un compositor y una editorial.
La editorial lleva a cabo diversas tareas, como recaudar y distribuir los derechos de autor, administrar el trabajo y, potencialmente, poner en contacto a los autores con otros miembros de la industria a cambio de una parte de las publicaciones del compositor.
Esencialmente, los editores respaldan a los compositores con diversos niveles de apoyo financiero, administrativo y de redes a cambio de una parte de las publicaciones del compositor.
Explicación de los distintos tipos de contratos de edición
A continuación le ofrecemos una visión general de los distintos tipos de acuerdos que puede esperar de un editor musical:
- Subeditoriales: En virtud de este acuerdo, un editor extranjero administra los derechos de autor en otra región o país.
- Acuerdo de una sola canción: A veces, un editor musical puede querer poner a prueba a un compositor antes de firmar con él un contrato más amplio. Un editor puede firmar por un número limitado de canciones antes de volver a evaluar la renovación del contrato.
- Acuerdos administrativos: Si los compositores simplemente necesitan ayuda con las tareas administrativas, pueden firmar un contrato de administración, que normalmente no afecta a su parte de los créditos de composición. En su lugar, los administradores reciben una comisión, normalmente del 10-20% de los derechos, por administrar las obras sin perder la propiedad de las canciones.
- Contratos completos de edición: El compositor cede los derechos de autor al editor, que distribuye los ingresos entre él y el compositor. Estos contratos exclusivos suelen incluir un anticipo en efectivo, contactos en la industria y recursos profesionales, aunque ofrecen menos control creativo en general.
- Acuerdo de coedición: Estos acuerdos son los más comunes en el mundo de los compositores hoy en día y suelen considerarse de los más equitativos. Los compositores suelen quedarse con el 75% de los ingresos totales de la publicación, mientras que la editorial se queda con el 25% en concepto de honorarios.
¿Qué condiciones puede esperar de un contrato de edición?
Al revisar un contrato de edición, es probable que te encuentres con los siguientes parámetros, a los que querrás dar prioridad según tus necesidades individuales como escritor:
- Duración: Se refiere a la duración del contrato, que puede ser de un número determinado de canciones o de años.
- Territorio: El territorio define los espacios en los que un editor administra sus canciones.
- Derechos concedidos: Son los derechos que se designan a la parte de la administración que corresponde al editor. Pueden incluir derechos de sincronización, distribución, ejecución y reproducción.
- Derechos de reversión: Los derechos de reversión o retención determinan en qué momento los derechos vuelven al compositor. Se trata de un aspecto fundamental que hay que tener en cuenta, ya que el periodo de retención puede prolongarse mucho más allá de la duración de un contrato de edición.
- Reparto de regalías: El reparto de los derechos determina cómo se dividen los ingresos entre el autor y el editor. En la mayoría de los casos, el compositor firma por el 100% de su parte, y el editor obtiene una parte o la totalidad de la parte editorial de los derechos de composición.
- Anticipos: Los anticipos son pagos por adelantado, recuperables contra futuros derechos de autor. Hasta que no se recupere la totalidad del anticipo, los compositores no recibirán ningún pago adicional.
- Control creativo, aprobaciones y exclusividad: Tanto los compositores como los editores pueden tener cierta influencia sobre las composiciones musicales y sobre con quién trabaja cada parte, en función del contrato.

¿Por qué trabajar con una editorial musical?
Los autores que firman un contrato suelen tener ya mucha experiencia en la industria musical, por lo que llegar al punto de conseguir un contrato de publicación es una proeza en sí misma.
Una de las principales ventajas de trabajar con una editorial musical es tener acceso a una red de escritores y artistas de buena fe que pueden ayudarte a avanzar en tu carrera. Las editoriales también pueden ofrecer un valioso apoyo administrativo, así como anticipos u otros incentivos financieros para ayudar a los artistas a mantenerse en activo.
¿Cómo interactúan las organizaciones de derechos de autor con los editores musicales?
Al margen de los derechos de streaming, tanto los editores como los músicos trabajan en colaboración con las PRO (Performing Rights Organizations) para recaudar los derechos de ejecución pública. Se trata de organizaciones como ASCAP o BMI en Estados Unidos, que ayudan a localizar y distribuir los derechos de ejecución según sea necesario.
Es fundamental que te pongas en contacto con tu PRO cuando hagas música para asegurarte de que recibes lo que te corresponde como artista. Si tienes un editor, este puede trabajar en colaboración con tu PRO para recaudar y distribuir los derechos por ti.
¿Qué diferencia hay entre un contrato discográfico y un contrato editorial?
Un contrato discográfico es un acuerdo entre un artista o grupo y un sello discográfico, mientras que un contrato de edición es un acuerdo entre los autores de canciones o compositores y las editoriales. Ambos pueden tener anticipos y condiciones negociables, pero cada acuerdo se centra en un aspecto distinto de la industria.
¿Qué significa publicar al 50% en un ritmo?
La mitad de la edición en compás se refiere al 50% de los créditos de composición que rodean a una pista.
Hoy en día, los creadores de ritmos pueden pedir una parte de la edición si dedican muchas horas a la composición de un tema. Antes, los productores tradicionales no publicaban porque no participaban necesariamente en la composición.
Hoy en día, los términos y los papeles entre productor y beatmaker pueden estar mucho más entrelazados, por lo que determinar los repartos entre ambos y los puntos de grabación maestra puede ser mucho más matizado.
¿Cuánto duran los contratos de edición musical?
La duración de los contratos de edición musical varía mucho en función de las condiciones de cada contrato.
También hay que tener en cuenta que existe una diferencia entre el plazo en el que trabajas con una editorial y el periodo de retención, que constituye el tiempo posterior a la finalización de un contrato, en el que la editorial sigue conservando los derechos sobre tu obra.
Teniendo esto en cuenta, a continuación le indicamos cuánto tiempo puede esperar que duren las estructuras de negociación habituales:
- Acuerdos administrativos: Los acuerdos administrativos pueden durar entre 1 y 5 años, en los que el compositor conserva el 100% de los derechos de autor, pero el editor recaudará los derechos de edición musical y llevará a cabo las tareas administrativas a cambio de una comisión.
- Tratos tradicionales o de publicación completa: Estos acuerdos, también llamados Acuerdos de Compositor Exclusivo, son menos comunes hoy en día, y piden la división de derechos exclusivos dentro de un plazo específico o a cambio de la entrega de un cierto número de canciones. Estos acuerdos pueden empezar con un plazo de 1 año con opción a prórroga.
- Contratos de coedición: Este es el acuerdo más habitual, con una duración de entre 1 y 3 años con opción de renovación. En este caso, el compositor recibe el 50% de la publicación y el editor el otro 50%.
Entender la coedición
En raras ocasiones encontrarás acuerdos de publicación a corto plazo o en exclusiva, pero en la actualidad la mayoría de los compositores tienen acuerdos de coedición. Un acuerdo de coedición consiste básicamente en compartir la propiedad de los derechos de autor o los derechos de autor entre un compositor, un editor y, potencialmente, otra parte como pago.
Bajo esta estructura, la coedición da a los compositores más control sobre con quién trabajan y puede ofrecer diferentes porcentajes de derechos, anticipos y otras condiciones que los acuerdos de edición tradicionales.
Trabajar con editoriales independientes más pequeñas también puede ofrecer un plan más personalizado, que puede ser favorable para determinados compositores. Los acuerdos de coedición pueden ser más flexibles que los acuerdos exclusivos, en los que los compositores solo pueden trabajar con las partes acordadas.
Señales de alarma en los contratos de edición musical
No cabe duda de que es emocionante que te ofrezcan contratos de edición musical, pero no dejes que el brillo nuble tu juicio. Sin un escrutinio adecuado, puedes caer involuntariamente en un acuerdo desfavorable, que puede ser más perjudicial que útil para mejorar tu carrera como compositor.
Antes de firmar un contrato editorial, consiga un abogado. Puede parecer caro de entrada, pero merece la pena pagar los costes iniciales para protegerte a ti y a tu carrera. Aun así, ten cuidado con lo siguiente cuando firmes un contrato:
- Si es demasiado bueno para ser verdad... como dice el refrán, si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. Tu editor y tú debéis llegar a un acuerdo justo y comprensible, en el que quede claro cómo se beneficia cada una de las partes. En la industria musical no existen los viajes gratis.
- Contabilidad opaca: Evita cualquier acuerdo que contenga una cláusula de no auditoría o una falta general de transparencia en lo que respecta a la contabilidad o el seguimiento de los cánones.
- Repartos de derechos poco razonables: Tu abogado tendrá una buena idea de lo que es habitual en lo que respecta a los repartos, pero pregunta a tus amigos y a otras personas de tu red sobre sus tarifas para asegurarte de que estás cerrando un trato razonable.
- Contratos demasiado largos: No olvides que la mayoría de los contratos con editoriales son exclusivos, lo que significa que no puedes escribir para otros hasta que no hayas finalizado el contrato. Si no hay una cláusula de reversión clara o una forma de salir del contrato en caso necesario, probablemente no sea una buena idea firmarlo.
Cuando se trata de negociar condiciones favorables en un contrato de edición musical, todo se reduce a la influencia. Cuanto más poder y destreza tengas por tu cuenta, mejor te irá en el contexto de un acuerdo. No te apresures a firmar ningún contrato, sobre todo si aún tienes preguntas sin respuesta.
¿Cómo consigo un contrato de edición como compositor?
Para conseguir un contrato de edición como compositor, tienes que encontrar un buen editor. Para atraer a un buen editor, necesitas tener en tu haber al menos 10 grandes canciones publicadas. Deberás tener una idea clara del género al que te dedicas y adaptar tus propuestas a las editoriales en consecuencia.
Por ejemplo, si escribes canciones country, no tiene sentido que te dirijas a una editorial de pop electrónico: investiga.
Si te esfuerzas lo suficiente escribiendo canciones con regularidad, colaborando con otros compositores y presentándote a través de redes y formando parte activa de la comunidad, seguro que con el tiempo atraerás a algún editor. También puedes buscar posibles contactos a través de tu PRO, como ASCAP y BMI.
Algunos editores aceptan demostraciones no solicitadas a través de su sitio web o por otros medios, aunque es probable que reciban un gran flujo de envíos, por lo que es una buena idea personalizar los correos electrónicos de apertura que envíes a estas empresas para causar una buena impresión.
Reflexiones finales sobre los contratos de edición musical
En el mundo actual, en el que los pagos por streaming son cada vez más reducidos, puede resultar francamente difícil conseguir un contrato que merezca la pena. Dicho esto, están ahí fuera y es mucho más probable que te encuentren si dedicas tiempo y energía a reforzar tu influencia como músico.
En el mejor de los casos, un acuerdo de edición musical puede proporcionarle un valioso acceso a recursos, artistas experimentados y una red de profesionales con experiencia dedicados a potenciar el éxito de su equipo.
En el peor de los casos, un mal acuerdo de edición musical puede dejar tu catálogo bloqueado e inaccesible para ti, y tus anticipos recuperados se vuelven debilitantemente difíciles de devolver.

Teniendo esto en cuenta, es lógico que una de las inversiones más valiosas que puede hacer un compositor sea contar con un abogado independiente especializado en temas de entretenimiento, si llega el momento en que es necesario llegar a un acuerdo de publicación.
Mientras tanto, céntrate en desarrollar tu oficio en tu comunidad local y en convertirte en el mejor compositor y músico que puedas con lo que tienes a tu alcance. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero cuantos más cortes puedas conseguir en discos sin necesidad de terceros, mejor. Una mayor influencia conlleva mejores condiciones en la industria musical, así que ¡sal ahí fuera y empieza a escribir canciones!