¿Alguna vez te has quitado los auriculares después de escuchar tu canción favorita y has pensado "cómo demonios es tan buena esa canción"?
A veces, hay melodías, progresiones de acordes y letras que encuentran la manera de quedarse en nuestro cerebro y hacerse un hueco en nuestro ser.
Una gran canción es aquella que se recuerda para siempre.
Por supuesto, determinar exactamente qué separa una canción cautivadora de una mediocre puede ser complicado. Dicho esto, si tu objetivo es transformar tus habilidades como compositor para que tus canciones sean más memorables, hay ciertos elementos que han sido constantes desde los albores de la canción moderna.
Aquí tienes algunos de nuestros mejores consejos para que tu música resuene como nunca.
1. Una melodía o un gancho memorables
El corazón de casi todas las grandes canciones es el estribillo. A menos que escribas música instrumental o electrónica, la parte más importante de ese estribillo es probablemente la melodía vocal. Es la parte que el público se llevará consigo, tarareando y silbando mucho después de que termine la canción.
Por eso es tan importante concentrar tu energía creativa en crear una melodía difícil de olvidar.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el gancho de la canción no tiene por qué ser una melodía vocal. De hecho, ni siquiera tiene que formar parte del estribillo.
Algunos de los ganchos más icónicos de la historia de la música son riffs instrumentales.
Piensa en "Smoke on the Water" de Deep Purple.
El riff de guitarra inicial es uno de los más reconocibles de la historia del rock y probablemente el más aprendido por los guitarristas principiantes.
"Money" de Pink Floyd es otro gran ejemplo.
El característico riff de bajo que abre la canción prepara el ambiente (y el extraño compás de la canción), allanando el camino para que los oyentes entren en otra dimensión.
Piensa por un momento en cuántos éxitos de las listas de éxitos has escuchado a lo largo de las décadas que tienen estribillos estelares, pero de cuyas estrofas no te acuerdas. La clave está en el poder duradero de un estribillo convincente.
Si eres capaz de escribir un estribillo genial, puedes escribir una canción que perdurará mucho después de que te hayas ido.
2. Alma y emoción
Aunque hay elementos más tangibles de las canciones que las hacen grandes, como la progresión de acordes y la producción, es la conexión emocional lo que a menudo sella el lugar de una canción en tu corazón. A los seres humanos nos gustan las canciones con profundas conexiones emocionales. Es la razón por la que un vocalista puede cantar una canción que no sea técnicamente perfecta, pero si pone todo de su parte, puede erizarte el vello de la nuca.
La música tiene la profunda capacidad de conmovernos como cualquier otra cosa. Aunque escribas una canción que despierte emociones únicas en ti y sientas que hay gente que no la entenderá, escríbela de todos modos. Aunque tus oyentes no estén pasando exactamente por lo mismo, reconocerán que es algo personal para ti.
Ahora bien, que diga que una canción puede utilizar la emoción no significa que tenga que tocar la fibra sensible.
Hay un sinfín de emociones que podemos aspirar a canalizar, como:
- Alegría (por ejemplo, "Happy" de Pharrell Williams o "Walking on Sunshine" de Katrina and The Waves).
- Ira (por ejemplo, "Killing in the Name" de Rage Against the Machine o "You Oughta Know" de Alanis Morissette).
- Amor (por ejemplo, "Just the Way You Are" de Bruno Mars o "Thinking Out Loud" de Ed Sheeran)
- Miedo (por ejemplo, "Thriller" de Michael Jackson o "Bury a Friend" de Billie Eilish)
- Nostalgia (por ejemplo, "Summer of '69" de Bryan Adams o "The Night We Met" de Lord Huron)
- Inspiración (por ejemplo, "Eye of the Tiger" de Survivor o "Rise Up" de Andra Day).
Las formas de expresarte en una canción son infinitas, así que sé creativo. Lo importante es que esas emociones sean algo con lo que puedas conectar.
3. Valor de producción superior
Como gran fan de Robert Johnson, seré el primero en admitir que el valor de producción no siempre va a hacer o deshacer una canción. Por mí, Johnson podría haber grabado algunos de sus temas más famosos en un baño con eco y azulejos, y seguirían siendo grandes canciones.
Sin embargo, eso no significa que un valor de producción superior no pueda elevar una canción, especialmente hoy en día.
La década de 1960 fue una época fascinante para la música, ya que fue cuando artistas e ingenieros empezaron realmente a perfeccionar la producción musical, con la aparición de nuevas tecnologías y técnicas.
Pensemos por un momento en el "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" de los Beatles. Fue un proyecto revolucionario que demostró que el estudio podía utilizarse como un instrumento en sí mismo. Este álbum, junto con otros como "Pet Sounds" de The Beach Boys, introdujo complejas técnicas de grabación, como el multitracking y el layering, estableciendo nuevos estándares de lo que podía lograrse en la producción musical.
Hoy en día, la importancia de la producción de alta calidad es más prominente que nunca, especialmente con la música electrónica, donde todo se reduce a la producción.
Con una mezcla nítida, clara y bien equilibrada, dispones de un medio único para mostrar una gran canción que, de otro modo, podría haber pasado desapercibida.
4. Progresiones de acordes eficaces
Para ser un gran compositor, no hace falta ser un gurú de la teoría musical. Sin embargo, es esencial tener un conocimiento sólido de las progresiones de acordes. Los acordes son la base de toda buena canción, ya que proporcionan una estructura armónica que sustenta todo lo demás, desde las melodías hasta los ritmos.
Los acordes que elijas pueden marcar el tono emocional de tu canción, ya sea un Bbm7-Eb7 en un tema de soul o un D-A-G en un himno de rock. Saber utilizarlos con eficacia puede marcar la diferencia.
Una de las progresiones de acordes más populares de la música popular occidental es la I-V-vi-IV. De hecho, es tan popular que el dúo musical Axis of Awesome escribió una canción sobre ella:
¿Qué tiene de genial esta progresión de acordes?
Para empezar, es inherentemente agradable al oído. Ofrece una satisfactoria sensación de resolución y familiaridad que el público adora, ya sea en el pop, el rock, el country o la música indie.
Aquí tienes algunos consejos para componer una progresión de acordes espectacular:
- Experimenta con variaciones: Empieza con una progresión estándar, como I-V-vi-IV, y luego cambia uno o dos acordes para ver cómo afecta al estado de ánimo.
- Considere el estado de ánimo que desea transmitir: Elige acordes que reflejen las emociones de tu canción. Los acordes menores, por ejemplo, pueden evocar tristeza o tensión, mientras que los mayores suelen ser más alegres y animados. Escucha algunas de tus canciones favoritas y fíjate en los acordes que utilizan para crear ambiente.
- Utiliza la tensión y la liberación: crea tensión con acordes más disonantes o complejos y, a continuación, resuelve con acordes más sencillos y consonantes para dar a tus oyentes una sensación de liberación.
- Vincúlelo a su melodía: Asegúrese de que su progresión de acordes apoya su melodía. A veces, todo lo que necesitas es una gran melodía que te guíe hacia los acordes adecuados.
5. Letras memorables o impactantes
Escribir una letra de infarto es fundamental para conseguir una canción de éxito que permanezca en las listas de reproducción.
Si tus palabras no atraen a la gente, lo más probable es que no recuerden la melodía después de escucharla una sola vez.
Por ejemplo, "Around the World" de Daft Punk. La letra se repite literalmente una y otra vez, pero uno no puede evitar que se le quede grabada en la cabeza. Esa pegadiza repetición la convirtió en un éxito mundial.
Por otro lado, pensemos en una canción como "Bohemian Rhapsody" de Queen, que tiene otro nivel de complejidad. La letra es más teatral, te mete en un minidrama que puede llevar tiempo memorizar, pero sigue siendo tan pegadiza como cualquier gran canción pop.
Aunque hay innumerables canciones que utilizan las mismas progresiones básicas de acordes, como el clásico I-V-vi-IV, lo que realmente hace que una canción destaque y perdure es la letra. Es la forma en que tus palabras conectan con la gente.
Si quieres escribir letras pegadizas que den en el blanco, aquí tienes algunos consejos:
- Juegue con los sentidos: Introduce detalles que pinten una imagen o evoquen sentimientos.
- Invente una historia: Haz que tus letras cuenten una historia en la que puedan sumergirse los oyentes.
- Sé realista: las letras sinceras resultan más cercanas y genuinas.
- Póngase poético: Utiliza metáforas o símiles para darle un toque especial.
- Cíñete al tema: Asegúrate de que la letra coincide con la melodía.
6. Imprevisibilidad
La imprevisibilidad puede dar mucho sabor a una canción, sobre todo hoy en día, cuando se publican casi 120.000 canciones al día en las plataformas de streaming.
Cuando las canciones te lanzan una bola curva, resulta más memorable y destaca entre la multitud.
Por ejemplo, "Paranoid Android" de Radiohead.
Este tema es muy variado, en el buen sentido. Pasa de una suave introducción acústica a un crescendo más agresivo, casi electrónico. A lo largo de todo el tema, Yorke aborda temas contundentes como la alienación. Cada giro de la canción ofrece sorpresas constantes, lo cual es una de las razones por las que es fácil escucharla una y otra vez sin aburrirse.
Volviendo a "Bohemian Rhapsody", básicamente tenemos varias canciones en una. A lo largo de casi seis minutos, tenemos un poco de rock, un toque de balada a piano y una buena ración de ópera, todo ello fluido entre sí.
Hay varias formas de introducir algo de imprevisibilidad en tus canciones:
- Cambia la estructura de la canción: intenta abandonar la estructura habitual de verso-estribillo y dale un toque creativo. Incluye un solo instrumental al azar, cambia el tempo o juega con los cambios de tonalidad.
- Da rienda suelta a tu creatividad con los sonidos: Experimenta con instrumentos o sonidos inusuales, efectos vocales funky o muestras electrónicas frescas para sorprender a tus oyentes. Justin Vernon, de Bon Iver, es un gran ejemplo de artista que juega con las expectativas.
- Dale la vuelta al guión con la letra: Utiliza juegos de palabras, cambia el tema de la nada o construye un argumento poco convencional. Lil Wayne lo hizo mejor cuando escribió "Real Gs move in silence like lasagna".
7. Rango dinámico
Aunque puede que no sea el elemento más importante, el rango dinámico es algo que encontrarás a menudo en las grandes canciones.
Me refiero a los altibajos, ya sea en el volumen de una canción, en el fraseo melódico o en la instrumentación. Por ejemplo, un cantante puede dar un salto melódico a su registro más agudo en el estribillo para crear una elevación.
Uno de mis ejemplos favoritos es "In the Air Tonight" de Phil Collins.
Empieza suave, inquietante y taciturna, sin ningún patrón rítmico. Por último, te golpea con lo que podría ser el relleno de batería más icónico de todos los tiempos antes de que explote en el estribillo final.
Stairway to Heaven" de Zeppelin es otro buen ejemplo de canción legendaria que utiliza el rango dinámico. Comienza con una suave introducción acústica que se transforma lentamente en una progresión intensa y poderosa con un solo de guitarra eléctrica y un clímax con toda la banda.
Hay varias formas de añadir dinamismo a la música:
- Empieza con un plan: Define dónde quieres que estén las secciones tranquilas y ruidosas de tu canción y sigue esa hoja de ruta.
- Incorpora pausas instrumentales: Si añades un solo o una pausa instrumental, puedes añadir contraste tonal y de volumen.
- Experimenta con la instrumentación: Introduce o quita instrumentos en distintas partes de la canción. Por ejemplo, limitarse a una guitarra acústica o un piano durante la estrofa puede dar más fuerza a la banda en el estribillo.
- Juega con la dinámica vocal: si cantas, cambia el registro o el estilo de una sección a otra. Puedes mantener una octava baja susurrante en las estrofas y cantar a pleno pulmón en los estribillos.
Reflexiones finales - ¿Qué hace buena a una canción?
Pregunte a numerosos amantes de la música qué hace que una canción sea buena, y obtendrá respuestas diferentes. Para una persona, una buena canción puede ser la perdición de la existencia de otra. Pero eso es lo bueno de la buena música: que es subjetiva.
Dicho esto, si nos remontamos décadas atrás en la industria musical, empezamos a descubrir ciertas características clave que se cuelan en las canciones populares. Desde melodías pegadizas hasta estructuras sólidas.
Si eres uno de los muchos aspirantes a músico que quieren componer buena música, empieza por estudiar a las leyendas que te han precedido y utiliza lo que oigas en tus composiciones.